Resulta fundamental valorar y dimensionar el gran esfuerzo que hay
detrás de cada producto que llega del campo a la mesa, gracias al compromiso de
la industria de protección de cultivos con la ciencia, en beneficio de los
agricultores y la sociedad.
La
Organización de las Naciones Unidas, ONU, estima que para el año 2050
llegaremos a ser más de 9 mil millones de habitantes, frente a este escenario,
la agricultura, al igual que otras industrias, requiere de innovaciones y
tecnologías que permitan responder a la demanda de alimentos, en un contexto de
escasez de recursos, cambio climático y otros factores emergentes que pueden
generar crisis en los sistemas alimentarios.
De
acuerdo con el Instituto Internacional de Investigación de Política Alimentaria
(IFPRI), la protección de cultivos, conocida comúnmente como control de plagas,
enfermedades vegetales y malezas en los cultivos, forma parte de las 11
tecnologías agrícolas que pueden contribuir de manera significativa a la
seguridad alimentaria para el futuro.
Cabe
destacar que, de acuerdo con la FAO sin el uso de las tecnologías que protejan
a los cultivos de las plagas y enfermedades se perdería entre un 20 y un 40% de
la producción de alimentos.
La
Industria de la Ciencia de Protección de Cultivos contribuye al desarrollo de
nuevos productos que ayuden al agricultor a producir más alimentos, protegiendo
en todo momento la salud de las personas, así como los recursos naturales, con
el fin de mejorar las condiciones de vida de millones de personas. La
asociación Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología (PROCCyT), tiene el
compromiso de impulsar el desarrollo científico para encontrar soluciones a los
desafíos actuales y construir un futuro sostenible.
Para
que un producto de protección de cultivos llegue al mercado, pasa por un
proceso de investigación y desarrollo de hasta 11 años, y una inversión de
hasta 7 mil millones de dólares, solo 1 de 159 mil moléculas llega al campo;
esto representa una inversión superior a la industria médica y del software.
En
alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de la ONU, PROCCyT,
como representante de la industria de la ciencia de los cultivos, fomenta el
conocimiento científico para que los agricultores mexicanos puedan tener acceso
a estas agrotecnologías que contribuyen a hacer un uso más eficiente de los
recursos.
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