De acuerdo con el Foro Económico
Mundial, la industria de la construcción representa el 6% del producto interno
bruto mundial -10 mil millones de dólares- por año. Construir las viviendas requiere
enormes cantidades de recursos, por ejemplo, la mitad de la producción mundial
anual de acero.
Un precio muy alto cuando se agrega que el sector genera
entre el 25 y el 40% de las emisiones de carbono del mundo y que produce grandes
cantidades de desechos.
En México, hasta 2016 se generaban en promedio al día
16,438 toneladas de residuos de la construcción, lo que al año daba más de 6.1
millones de toneladas a nivel nacional.
“La buena noticia es que la industria de la construcción
está gradualmente adoptando un enfoque circular, por ello, ofrecemos soluciones
de innovación para que gestionen de mejor manera el agua de sus procesos,
operando plantas para convertirlas en cero descargas y cero consumo de agua.
Así como gestionar de manera integral sus residuos industriales, para disponer
de ellos de manera responsable y eficiente, hasta transformarlos en combustible
alterno para reducir el uso del combustible fósil”, menciona Ricardo Reyes, director
de Veolia Soluciones Industriales.
Por ello, informó una serie de medidas para mitigar
estos desechos:
Para lograr una "vivienda circular", la
primera solución es tratar, en la medida de lo posible, conservar los edificios
existentes y fomentar la renovación. Sin embargo, surgen algunos
cuestionamientos, se deberían diseñar más estructuras permanentes o bien, considerar
periodos de vida más cortos y desde el inicio incluir la posibilidad de desmantelarlos
y reutilizarlos.
Este es el enfoque adoptado en ‘Container City’, un
desarrollo urbano ubicado en Cholula, Puebla conformado por 4 mil metros
cuadrados de contenedores que se transformaron en restaurantes, galerías,
comercios y viviendas.
Otra prioridad en el sistema circular es diseñar
materiales que se puedan recuperar, reciclar y reutilizar. Tal es el caso del emprendedor
MWorks, el cual edifica casas o centros comunitarios con bloques elaborados con
plástico reciclado, que además son más económicos que los tradicionales.
Los interiores cada vez más herméticos y pequeños
pueden causar problemas respiratorios, alergias, náuseas y dolores de cabeza.
Una investigación realizada hace tres años por la Universidad Estatal de Nueva
York Upstate Medical (SUNY, por sus siglas en inglés) encontró que las
habilidades cognitivas de la gente que trabaja en oficinas mejoran en gran
medida al reducir la cantidad de elementos contaminantes volátiles del aire.
En 2011, el Hospital General Dr. Manuel Gea González,
ubicado al sur de la Ciudad de México, instaló un módulo arquitectónico
decorativo que puede filtrar las emisiones de partículas contaminantes
equivalentes a lo que generan unos 1,000 coches al día.
En todo el mundo ya se pueden ver constantes cambios,
sin embargo aún queda un largo camino que recorrer para la industria. Es
importante recordar que no es posible lograr un desarrollo sostenible sin
transformar de manera radical la forma en que construimos y administramos los
espacios urbanos, por lo que la labor de cada uno de nosotros como seres
humanos, residentes de este planeta, será́ fundamental.

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