La empresa funeraria Grupo
Gayosso compartió información realizada por el
grupo de especialistas en tanatología de su programa Tiempo y Vida, en donde se
abordan temas relevantes para llevar un proceso duelo, en este caso durante la
pandemia por COVID -19.
La muerte de un ser querido es uno de los
momentos en la vida donde más evidente se hace la necesidad de contacto humano
para poder transitar por el proceso del duelo, sin embargo, en época de
confinamiento se requieren medidas adicionales y no hay una forma única para
cursar el proceso de pérdida ni un plazo determinado.
Las muertes inesperadas o en
circunstancias complicadas suelen originar mayores dificultades en la
elaboración del duelo, tal como sucede en la época de confinamiento por
pandemia.
El proceso de duelo en una situación como la actual se recrudece y se convierte en una curva de emociones con intensidad muy variable en lapsos cortos de tiempo; se pasa de la incredulidad de la muerte a la irritabilidad, al miedo, a la frustración o confusión, aunadas a la ansiedad, enojo, cansancio, desinterés y ganas de llorar.
El proceso de duelo en una situación como la actual se recrudece y se convierte en una curva de emociones con intensidad muy variable en lapsos cortos de tiempo; se pasa de la incredulidad de la muerte a la irritabilidad, al miedo, a la frustración o confusión, aunadas a la ansiedad, enojo, cansancio, desinterés y ganas de llorar.
En las circunstancias
actuales, desde un escenario totalmente atípico, en donde no se puede dar un
último beso, una última mirada, un último abrazo, los familiares y amigos tienen
que prescindir de un funeral tradicional y cambiarlo por uno a distancia se
vuelve necesario lo que genera modos distintos de iniciar el proceso de duelo.
Bajo estas circunstancias es de
esperarse que surja en algunas ocasiones la culpa, la ira y una profunda
tristeza que impiden avanzar en el replanteamiento de nuestra vida sin la
persona querida; en estos casos, es posible que se llegue a desarrollar un
duelo patológico; por lo tanto, es recomendable buscar el acompañamiento de un
profesional.
Para afrontar la pérdida de un ser querido en las circunstancias de confinamiento se recomienda:
Preparar una reunión virtual por video-llamada y organizar una despedida grupal entre familiares y personas allegadas. Se sugiere acordar una hora para realizarlo contando anécdotas, escribiendo en redes sociales, encendiendo velas a la misma hora.
Para afrontar la pérdida de un ser querido en las circunstancias de confinamiento se recomienda:
Preparar una reunión virtual por video-llamada y organizar una despedida grupal entre familiares y personas allegadas. Se sugiere acordar una hora para realizarlo contando anécdotas, escribiendo en redes sociales, encendiendo velas a la misma hora.
Crear un grupo en redes sociales o hacer una página
memorial para esa persona y que, cada quien escriba lo que siente, suba
fotografías y comparta sus sentimientos, anécdotas, enseñanzas y aprendizajes
recibidos durante la vida del ser querido que ya no está. Es importante incluir
a los niños en estos rituales, explicándoles de forma clara y natural la
situación, valorando su edad y capacidades y respetando la forma en que puedan
y quieran participar.
Si alguien no se siente con la fortaleza y
estructura para compartir la pérdida de forma conjunta, lo puede hacer de forma
más íntima o individualmente. Se sugiere llevar un diario y describir cómo se
siente o qué le diría al ser querido que ya no está. Si se require estar solo o
contactar con personas que le hagan sentir bien, permitirlo.
Crear un espacio físico en la casa para el
recuerdo, elegir una foto, colocar velas o flores e, incluso, objetos de la
persona; de tal forma que, cuando se requiera, se pueda acudir a ese rincón y
expresar cómo es la vida a partir de este momento, recordarle las cosas que se
compartían y despedirse.
Cuidar la alimentación, los tiempos de descanso,
mantener horarios adecuados, si se requiere bajar el ritmo, hacerlo; darse
oportunidad para recuperarse, no abandonarse, practicar ejercicio físico,
buscar una ocupación que entretenga.
Evitar sobrecargarse con información que contamine,
buscar actividades que relajen, no tomar decisiones permanentes en este momento
y no exigirse demasiado.
Recordar que esta situación no va a durar para
siempre y que, cuando todo esto termine, se podrá realizar una despedida
presencial junto a los demás seres queridos.
Darse tiempo para sanar.
Alternar entre las actividades de “pérdida”
y “restauración”, cuyo enfoque se fundamenta en el doble proceso de
duelo, que indica que las personas se mueven entre actividades relacionadas con
la pérdida (ver fotos del fallecido, llorar, hablar del ser querido) y
practicas restauradoras (realizar planes para el futuro, tener pasatiempos,
meditar).
Darle permiso a nuestro ser querido de “ya no
estar”.
Es útil pensar que al ser querido que falleció le
gustaría que estuviésemos en estas circunstancias con bienestar.
Buscar ayuda en línea con tanatólogos para generar
estrategias de afrontamiento en el duelo en época de pandemia.
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