La Alliance of World Scientist, un grupo de más de 11,000
científicos de todo el mundo, publicó esta semana un artículo en el que
aseguran que “estamos enfrentando una emergencia climática a nivel mundial”.
Esta
afirmación se basa en una serie de indicadores que ellos llaman “signos
vitales” de la tierra, los cuales, prácticamente en su totalidad, tienen
resultados alarmantes y resultan en una “clara e inequívoca emergencia
climática”.
Los
científicos hacen un llamado para tomar acción y llevar a cabo medidas
contundentes y duraderas que incluyen dejar el petróleo bajo la tierra,
sustituir los combustibles fósiles por energías renovables bajas en emisiones y
disminuir nuestra demanda eléctrica.
El
texto también menciona que, de no realizar cambios profundos y duraderos en las
actividades humanas, será inevitable experimentar un sufrimiento humano
incalculable.
Este
llamado contrasta con la pasividad que la gran mayoría de los gobiernos,
incluido el mexicano, han adoptado
respecto al problema. El presidente Ándres Manuel López Obrador ha descartado
públicamente que se enfrente una emergencia climática y se ha dicho conforme
con las acciones que su administración ha tomado en materia ambiental.
Sin
embargo sus decisiones políticas, principalmente en materia energética y
presupuestal que favorecen de manera abrumadora a los combustibles fósiles,
alejan de manera radical al país de los compromisos adquiridos en acuerdos
internacionales y a los que el gobierno está obligado a cumplir por ley.
En
vísperas de la COP25, a celebrarse en Madrid, España, la organización
Greenpeace exigió al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador,
que en México se declare una emergencia climática, la cual no está sujeta a
opiniones sino a hechos que la ciencia muestra con claridad y contundencia.
Asimismo
exige que la política energética de nuestro país obedezca los compromisos
nacionalmente adquiridos en los Acuerdos de París, lo que significa reducir la
dependencia de los combustibles fósiles, ya sean nacionales o importados, y
aprovechar el potencial en materia de energía renovable con el que cuenta el
país, con una visión que privilegie los derechos humanos.