En
el Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), el investigador Alfredo
Márquez Lucero y un grupo multidisciplinario están desarrollando un dispositivo
médico para medir los niveles de glucosa en sangre a través de olfatos
electrónicos. Únicamente con soplar en
la boquilla del aparato se obtendrán los resultados.
Al respecto opinó que “gran parte
de las enfermedades provoca cambios químicos en el organismo, y en muchas
ocasiones, esos cambios se convierten en emanaciones gaseosas que son
específicas según cada padecimiento. El
dispositivo médico que estamos desarrollando va a medir esos gases”, informa
Alfredo Márquez, quien tiene el doctorado en Ciencias de Materiales con
especialidad en macromoléculas.
En
comunicado de prensa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), se
indicó que existen factores, como ejercicio, estrés, alimentos, problemas,
alegrías o tristezas, que cada persona con diabetes los procesa de manera
diferente y esto modifica sus niveles de glucosa. Con este dispositivo se
podrán medir esos niveles cada hora, definiendo así un perfil personalizado.
El
trabajo de investigación cuenta con financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Conacyt, a
través del proyecto Desarrollo Científico para Atender Problemas Nacionales. En
el proyecto participan también investigadores del Instituto Mexicano del Seguro
Social y la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Cuando
los niveles de glucosa no están bajo control, el cuerpo humano puede producir
acetona a través del aliento. La literatura científica especifica que existe
correlación entre la glucosa concentrada en la sangre de los diabéticos y la
acetona que se produce en su aliento. Por ello es posible medir el grado de la
enfermedad a través de un soplido.
La
nariz electrónica va a funcionar principalmente a base de compuestos
poliméricos (los polímeros son macromoléculas constituidas de muchas unidades
llamadas monómeros). La característica más importante de estos polímeros es que
cambian sus propiedades eléctricas al entrar en contacto con las sustancias
químicas que se van monitorear, en este caso las acetonas y cetonas que
contiene el aliento.
En
el Cimav ya cuentan con un prototipo del olfato electrónico y están por iniciar
el modelo comercial. Además, se encuentra en trámite la patente nacional y
desean gestionar la internacional.
Buscan que el dispositivo médico sea del tamaño de un celular, portátil,
que la lectura de los resultados sea fácil, su costo accesible y que se pueda
usar las veces que se requiera, de ser necesario cada hora. Los resultados se
van a calcular igual que en los glucómetros actuales ya que tendrán la misma
escala.
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