Pese a los anuncios superfluos que ha expresado la Secretaría de
Medio Ambiente (Semarnat), sobre una supuesta protección a la vaquita marina,
cetáceo endémico en peligro de extinción, la pesca ilegal continúa en su
hábitat.
Así lo pudo comprobar Greenpeace México en un primer
recorrido realizado en lanchas y con la ayuda buzos y un fotógrafo frente al
malecón del municipio de San Felipe, Baja California, el pasado 3 de julio.
“Durante un día de recorrido de 9 horas hallamos 3 redes agalleras
tendidas en el mar. ¿No se supone que habría drones, lanchas rápidas y
operativos para prevenir la pesca ilegal en el polígono de la vaquita? Las
medidas anunciadas por el presidente nuevamente no se están cumpliendo. Parece
que no se está entendiendo la urgencia detener de evitar la desaparición de una
especie”, aseguró Silvia Díaz, coordinadora del programa de océanos de
Greenpeace México.
“Ni la Secretaría de Marina, ni la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente, ni la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
están haciendo su trabajo. Si eso descubrimos a plena luz del día, ¿qué estará
ocurriendo un poco más adentro con la pesca de totoaba y otras especies?,
añadió Díaz. “Es fundamental que el gobierno federal haga su trabajo y por otro
lado que se brinden nuevas oportunidades y alternativas de pesca sustentable a
las comunidades de pescadores legales”, dijo.
La situación de la vaquita es especialmente delicada luego
de los nuevos datos que dieron a conocer los científicos y que arrojarían que
el número de marsopas podría ser, en el peor escenario, inferior a 50.
Por su parte, el biólogo Miguel Alejandro Rivas, también
responsable de la campaña de océanos de Greenpeace México, detalló que los
datos del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA) en su
informe de 2015 muestran diversos escenarios: “Hemos interpretado los cálculos
más recientes y estos señalan que podrían quedar cerca de 57 vaquitas,
alcanzando un número máximo de 123 o un mínimo de 20. Cualquiera de estas
opciones es crítica”.
La pesca ilegal, particularmente de totoaba, se ha convertido en
la principal causa de extinción de la vaquita, las redes totoaberas capturan
incidentalmente a la marsopa Greenpeace documentó en mayo la existencia de un
mercado ilegal y global de la vejiga de totoaba, producto altamente cotizado en
Hong Kong y China, lugares donde una sola vejiga puede alcanzar precios que van
de los 60 mil a los 600 mil dólares, según testimonios recabados de forma
encubierta en varias de las tiendas donde se vende el producto en Asia.
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