Solo 11 de los 32 estados que
conforman a México mantienen un control adecuado del gasto en Ciencia,
Tecnología e Innovación (CTI), el resto presenta deficiencias en su reporte de
gastos o información incompleta, así lo revela el estudio Cuenta pública de
ciencia, tecnología e innovación: Propuesta programática de armonización
contable para las entidades federativas realizado por el organismo público Foro
Consultivo Científico y Tecnológico.
El análisis muestra que los estados que tienen un
mejor control en su contabilidad de inversión en ciencia son los más apegados a
la metodología propuesta por el Consejo Nacional de Armonización Contable
(CONAC) y éstos son: Aguascalientes, Chihuahua, Colima, Estado de México,
Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo
León, Oaxaca, Sinaloa y Tabasco.
Mientras que las entidades menos apegadas a la
metodología planteada por la CONAC (creada para homogeneizar y facilitar la
transparencia del gasto público en ciencia) son: Baja California Sur, Ciudad de
México, Morelos, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz y
Zacatecas.
Esta falta de apego a la regulación en el reporte de
gastos hace que no se pueda crear un certero plan de desarrollo científico y
tecnológico en los estados, señala el estudio realizado en 2017 y publicado en
su página web.
El estudio del Foro Consultivo señala que la
contabilidad de la inversión en CTI debe considerar todos los gastos en tres
rubros: Investigación
y desarrollo experimental; educación y enseñanza científica y técnica; y
servicios científicos y tecnológicos. Desafortunadamente, algunos
estados consideran rubros que no pertenecen a estas categorías haciendo que su
inversión se muestre inflada.
Tal es el caso del estado de Hidalgo, una entidad que,
si bien maneja un nivel de apego medio al modelo de la CONAC, su reporte de
gastos incluye la inversión en infraestructura científica lo que de ninguna
manera cabe en la categoría de servicios científicos y tecnológicos.
En caso contrario, hay entidades que presentan
programas y actividades claramente relacionadas con la ciencia pero no son
consideradas dentro de esta contabilidad por lo que muestran una inversión
menor como ejemplo: Aguascalientes, quien no registró su inversión a posgrados aun
cuando esta entra en la segunda categoría de educación.
Pese a estos problemas metodológicos el análisis
brinda una aproximación del panorama de la inversión en ciencia en las
entidades federativas de México y sugerentemente agrega un programa para
homogeneizar su contabilidad, basada también en el proceso de la CONAC con el
fin de tener datos confiables, organizados en forma sistemática, para
monitorear, evaluar y hacer planeación a largo plazo.
Cabe señalar que el estudio se construyó siguiendo una
estructura básica compuesta por tres secciones: antecedentes, análisis de la
información y observaciones de las cifras históricas del gasto en CTI por parte
de cada entidad o el presupuesto de sus Consejos Estatales de Ciencia, con base
en la disponibilidad de datos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario