Para las ciudades de América Latina
y el resto del mundo habitar sus zonas centro es un tema esencial, ya que en el
siglo XXI la mayor parte de la población vive en las ciudades, lo que ha generado
nuevos retos como el cuidado ambiental y el desarrollo sustentable, afirman
René Coulomb Bosc y Víctor Delgadillo Polanco, académicos de la Unidad
Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ubicada en la
Ciudad de México (CDMX).
En un proyecto de investigación de estos especialistas
se profundiza en el conocimiento de la problemática que caracteriza las áreas
centrales de la Ciudad de México, particularmente en lo que respecta a la
interacción entre la función de residir y las distintas dimensiones de
centralidad.
Coulomb Bosc y Delgadillo Polanco apuntan que el tema
de la transformación de las áreas urbanas céntricas cobra creciente interés en
un momento en que los cambios de la economía y la política planetaria, así como
la preocupación por el cambio climático han conducido al impulso del desarrollo
sustentable.
Ante esta problemática, agregan, un conjunto de
políticas públicas urbanas en varias ciudades latinoamericanas ha pretendido
frenar la expansión urbana y redensificar las áreas centrales de las urbes a
través del impulso de programas que promueven la rehabilitación, ampliación y
creación de espacios públicos en esas zonas.
Este renovado interés también es producto del capital
inmobiliario y un conjunto complejo de factores que abarcan políticas
facilitadoras de la redensificación habitacional y la promoción del patrimonio
urbano.
Coincidieron en que “la expansión urbana ha llevado a
la progresiva periferización de nuevos espacios de centralidad, que se
denominan como nuevas centralidades, es decir, se ha transitado de una ciudad
monocéntrica a una estructura urbana poli-céntrica en un claro proceso de
metropolización de varias ciudades latinoamericanas”.
Pese a lo anterior, las regiones centrales siguen
concentrando una parte importante del empleo vinculado a las actividades del
comercio, los servicios y de distintas funciones de gobierno, con el
desplazamiento en el espacio y en el tiempo del uso habitacional.
Los investigadores apuntan que todo ello representa un
amplio desafío tanto para lineamientos públicos sectoriales como para la
planeación territorial, la gestión urbana y la gobernabilidad democrática de la
ciudad.
Los ejes de su trabajo se enmarcan sobre las dinámicas
urbanas, la conflictividad socio-espacial y los procesos de transformación de
los espacios en la capital, aspectos que concatenan en una reflexión teórica y
metodológica.
Dicha investigación integra un doble análisis, por un
lado las políticas públicas referidas al hábitat de las áreas centrales, por el
otro, las dimensiones sociológicas y antropológicas de lo que significa habitar
la centralidad.
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