Para diversos científicos la relación entre los sistemas agrícolas y las áreas naturales es casi imposible por el uso de pesticidas, la ampliación de los campos de cultivo, el derribo de arbolado, la fragmentación de la flora y fauna, entre otros aspectos; pero, ante la necesidad de combatir el cambio climático y dar alimento a casi 7 mil millones de seres humanos hacen que diversos especialistas busquen alternativas a esta disputa.
Un caso que se desarrolla de forma experimental es la creación de franjas verdes en los sistemas de cultivo; que son bandas sin podar, sin destruir su flora natural que se localizan a mitad de grandes extensiones de plantíos, y que en Alemania han permitido la anidación de aves como son los aguiluchos endémicos del norte de este país de la Unión Europea (UE), que analiza la ampliación de estos sistemas que estiman deben ocupar el 5 por ciento de la extensión de los campos utilizados por la agricultura.
Para la UE este prototipo de convivencia de la biodiversidad y agricultura deberá conllevar un reajuste en la distribución de subsidios agrícolas que supera enormemente a los apoyos de conservación de la biodiversidad.
Sin embargo este tipo de proyectos es inexistente en México, y los apoyos de la dependencia encargada del campo mexicano, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), que en 2011 los apoyos oficiales los destinará a una agricultura sustentable que se concentrará en dotar de recursos a los productores para la generación de energías, programas de desarrollo de zonas áridas, microcuencas que aprovechen el agua y la conservación de los recursos genéticos.
Acciones que buscan asegurar la sustentabilidad del medio agropecuario, ante la difícil situación en materia de fondos, recursos y contingencias ambientales que presenta el país como el planeta. Mas no se define un aspecto definitivo sobre la conservación de las especies desplazadas por los campos agrícolas, como el buscar frenar la ampliación de la frontera de campos de cultivo.
Políticas mexicanas que no son acordes con los proyectos internacionales de este tipo; la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) lleva a cabo una investigación para examinar la relación entre la agricultura y el medio ambiente, para evitar la fragmentación del paisaje que separa a las especies animales en unidades pequeñas y las hace susceptibles a la extinción.
Actualmente casi la mitad de las áreas naturales protegidas del mundo están en regiones donde la agricultura hace un uso importante de la tierra, y la producción de alimentos tendrá que aumentar en las próximas décadas para mantener el paso de la demanda de alimentos que se prevé aumente en un 50 al 60 por ciento al año 2030; por ello, sus proyectos presentan sinergias con la UE mas no con México.
De esta forma esta organización internacional promueve la ecoagricultura que consta en seis pasos: reducir la destrucción de hábitats aumentado la productividad y sostenibilidad agrícola actual; mejorar los habitáts y establecer franjas o corredores que unan espacios no cultivables (en concordancia con la UE); establecer áreas protegidas cerca de zonas de cultivo, imitar los hábitats naturales integrando plantas perennes productivas, usar métodos de cultivo que reduzcan la contaminación; y mejorara la calidad de los hábitats dentro de y alrededor de las tierras de cultivo.
Esto debido a que la mano del hombre y su intervención en los diversos ecosistemas y tierras productivas a puesto en peligro a 89 por ciento de las aves, 83 por ciento de los mamíferos y un 91 por ciento de las plantas; además, que más de un tercio de los pastizales y sabanas, más de un cuarto de los bosques tropicales y subtropicales de confieras y manglares están ocupados por la agricultura, y se estima que en estas zonas viven 1.1 mil millones de personas, más del 60 por ciento de la humanidad más pobre que de alguna forma hace uso de elementos de la flora y fauna para su subsistencia.
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