Juan
Carlos Machorro
Este multinucleador (multicorer, en
inglés) fue diseñado para tomar muestras hasta cuatro mil quinientos metros de
profundidad y tiene la capacidad para soportar esa presión. Con él, fragmentos
de suelos oceánicos de cualquier parte del mundo viajarán desde aguas profundas
hasta los laboratorios de investigación del Centro de Investigación Científica
y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), de Baja California, en la península
del mismo nombre.
El
multinucleador es una herramienta que se utiliza para estudiar los tipos de
organismos que contienen los suelos submarinos, su abundancia, edad, calidad y
salud ambiental, entre otros parámetros. La confección de este instrumento
corrió a cargo de investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), que lo construyeron a solicitud de la investigadora Victoria Díaz
Castañeda, del Departamento de Ecología Marina del Cicese.
Este aparato
tiene funciones mecánicas que se utilizan para obtener muestras conocidas como
núcleos. Los trabajos de investigación benefician a diferentes áreas del
conocimiento, tan amplias y diversas como la ecología, geología, paleoecología
y oceanografía, por citar sólo algunas.
En México solamente
existen dos herramientas que pueden colectar de manera múltiple los fragmentos
de suelo oceánico, uno está en el Cicese y otro en el Instituto de Ciencias del
Mar y Limnología de la UNAM.
Su estructura
metálica es de acero inoxidable, tiene una parte central que lleva seis tubos
de policarbonato transparente, cada uno de los cuales tiene diez cm de diámetro
y 45 cm de largo, éstos constituyen el “corazón” del equipo, el cual está
rodeado de una estructura o campana que lleva seis patas y permite que el
aparato se pose suavemente sobre el fondo del océano.
Las muestras, al
salir de las profundidades, son inmediatamente examinadas por los
investigadores, posteriormente son procesadas y fijadas para su preservación de
tal manera que permitan el estudio de la fauna que vive a diferentes
profundidades. También se toman pequeñas muestras que se congelan para,
posteriormente, en el laboratorio analizar su contenido.
Que el Cicese
cuente con este equipo brinda la posibilidad de explorar la fauna casi inmóvil
que habita el sustrato oceánico. Es posible tener acceso a la historia de vida
de los organismos y poblaciones de ecosistemas de cualquier mar, laguna u
océano al que se pueda llegar. También es posible realizar estudios de gran
relevancia que tienen diversos usos, por ejemplo, el reconocimiento de los
parámetros de calidad ambiental y el grado de salud de los ecosistemas marinos.
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