Rodolfo Tuirán, subsecretario
de Educación Media Superior de la SEP al participar en el seminario
“TransFormación: Habilidades para la productividad” organizado por el Banco
Interamericano de Desarrollo, comentó que es muy necesario el que en México se
siga impulsando la conexión entre educación y productividad, ya que la educación
aumenta la capacidad de las personas para “saber hacer” y para “aprender a
aprender” a lo largo de toda la vida. Con ello vuelve más aptas a las personas
para producir e innovar.
Pero aceptó que
existen diversos los retos que deben enfrentarse para lograr este fin y que van
de diversos ángulos como es que si bien se cuenta con una
fuerza laboral más educada pero no igualmente productiva.
En los
últimos 20 años, mientras que la escolaridad promedio creció casi 33 por ciento
(al pasar de 6.7 a 8.9 años), la productividad per cápita apenas aumentó 10 por
ciento (de 13.1 a 14.5 dólares constantes de 2005).
Se padece
de un aprendizaje en las aulas
continúa siendo insuficiente e inadecuado; impera una desigualdad
en el acceso a la educación y el fracaso escolar de los jóvenes en situación de
desventaja social; la transición escolar del
aprendizaje memorístico a la formación por competencias ha sido lenta y aún
insuficiente en el país; la escuela no está cumpliendo su papel estratégico
para potenciar las habilidades socioemocionales; la
educación media superior y superior enfrentan el reto de formar y
capacitar; prevalece una marcada desconexión entre los requerimientos
del mercado laboral y el sistema de desarrollo de habilidades.
Que las oportunidades de capacitación en el sector productivo son
reducidas y desiguales, al tiempo que no logran cubrir
las lagunas del sistema educativo; yampoco
se ha impulsado la formación de futuros emprendedores; y que se sigue sin prever cuantos trabajadores se necesitarán en el futuro
y con qué perfil en aquellos sectores con ventajas competitivas, debido a las
insuficiencias de la planeación educativa y económica.
Dijo
que “ante este preocupante
panorama, es preciso fortalecer el sistema de desarrollo de habilidades,
articulando este esfuerzo a la estrategia de impulso al crecimiento económico y
la productividad. México necesita en este renglón coordinar intervenciones,
generar sinergias y alinear incentivos; precisa organizar actores y
responsabilidades; articular una vinculación eficaz con el sector productivo;
adaptar el marco legal existente; producir información pertinente; y generar
confianza y compromiso entre todos los involucrados”.
Al respecto, Carmen
Pagés-Serra, Jefa de la Unidad de Mercados Laborales del BID, dijo que si bien
México es la nación con más avances en Latinoamérica, no puede aún presumir de
sus logros ya que 43% de las empresas mexicanas dicen no tener los trabajadores
que necesitan para aumentar sus niveles de productividad.
Por lo cual es necesario el que se combine el paradigma laboral y este
se interrelacione con los planes académicos para que desde niveles de
preparación se tenga la cultura de la capacitación y fomento a la
productividad. Ya que en la actualidad esto a desemboca en que los jóvenes
menores de 29 años padecen un desempleo que triplica al estándar de la
población.
Además que se deben dar otras adecuaciones nacionales, pues el salario
mínimo que se le paga a gran parte de los trabajadores no fomenta que el
personal quiera fomentar su productividad.
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