Iván
Zuñiga integrante del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible
(CCMSS), indicó que la economía de madera en México en 2012 fue de 17.9
millones de metros cúbicos generados pero en el país sólo se produce una cuarta
parte del consumo de madera nacional, es decir unos 50.9 metros cúbicos de madera
al año por habitante.
Lo
cual se refleja en un déficit anual de madera que crece cada año y que en 2008 equivalió
a 1,083 millones de dólares de déficit y que las importaciones mayormente son
de Uruguay que vende casi toda su producción al país.
Cabe
mencionar que la balanza comercial forestal, dijo, en México en importaciones
de productos forestales y celulósicos alcanza un acumulado desde 2010 de 6
millones de dólares que representa 6 veces el déficit total de la balanza
comercial del país el cual es de arriba
de mil millones de dólares cada año.
Situación
que se acrecenta por la sobrerregulación en aprovechamiento forestal impone la
Comisión Nacional Forestal (Conafor), que llega a durar hasta dos años y que
posteriormente padecen estos individuos o comunidades por extorsiones del
narcotráfico, y de la corrupción de autoridades estatales y de la Secretaría de
Medio Ambiente (Semarnat), que igual impone multas así como entregar permisos con
meses de atraso que desembocan en pérdidas monetarios para los dueños de
predios que no pueden trabajar ante la ineficiencia oficial.
Lo
que conlleva a no tramitar aprovechamientos legales y que los dueños de los
bosques o se desentienden de sus bosques o talan de forma ilegal; mientras que
otros se amparan en el programa de pago por servicios ambientales.
Situación
que es contraproducente ya que un bosque usado adecuadamente genera empleos,
desarrollo y que todo ello se frena por aspectos de burocratismo oficial.
Aunado a que la Secretaría de
Agricultura (Sagarpa) cuatriplica los apoyos en monetario de la Conafor en
conservación de bosques, aunado a que la gente empieza a envejecer ya que los
jóvenes por estudiar, trabajar en la ciudad, y migración por pobreza que dejan
la zona, llevando a dejar la tierra que en ocasiones es rentada a 1,500 pesos
por hectárea por 30 años.
Situación
que sucede en regiones de Quintana Roo y que provoca procesos de cambio de uso
de suelo a ganadería intensiva en zonas selváticas.
Lamentó
que la Procuraduría de Protección al Ambiente (Profepa) y Semarnat no reconocen
el permitir el aprovechamiento de bosques y selvas como parte del desarrollo
local, ejemplo de ello es la cancelación de permisos en Noh Bec, en Quintana
Roo, que por aprovechar bosques se han llegado a cortar plantas inscritas en la
NOM 059, y que por esta situación se han detenido por varios meses el aprovechamiento
forestales quitándoles la rentabilidad de empresas locales.
Mencionó
que son 2,600 comunidades y ejidos con aprovechamiento forestal en México y de
las cuales sólo 600 tienen capacidad de complementar la cadena hasta la venta
de madera y las restantes la venden sin control, ello de un total de 8,500
comunidades que tienen bosques. Cabe recordar que sólo 40% de la superficie
forestal que se aprovecha de estos ejidos y que en el país existen 21.5
millones de hectáreas de las cuales sólo 8 millones son aprovechadas de buena
forma.
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