De
acuerdo a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), unos cinco
millones de mexicanos mayores de 40 años sufren de glaucoma y 70% de ellos
desconoce que lo padece, por lo que deben tomarse las medidas necesarias para
detectar esta enfermedad con oportunidad, pues en los casos más extremos
conduce a la pérdida de la visión.
En
el mundo existen unos 70 millones de pacientes, 10 por ciento son ciegos
bilaterales por esta afección, que
constituye la causa más importante de ceguera irreversible.
Este
padecimiento se trata de un trastorno asintomático, caracterizado por la presión excesiva del líquido del
interior del globo ocular, que genera daño al nervio óptico, lo que
conduce a una disminución en el campo visual, explicó Jesús Jiménez Román,
profesor del posgrado de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
El
especialista refirió que es el problema de salud pública más importante en el
planeta y se ubica entre los tres padecimientos que producen ceguera; los otros
dos son las cataratas y la diabetes mellitus,
que podría provocar retinopatía diabética la cual, de no existir un control
adecuado, conduce al glaucoma neovascular, padecimiento agresivo y de muy
difícil control.
El
especialista destacó la importancia de que la población acuda a una revisión
ocular anual, en particular después de los 40 años, etapa que constituye un
factor de riesgo y que podría ser mayor al llegar a los 60.
Recordó
que en la actualidad se cuenta con los recursos humanos y tecnológicos
necesarios para diagnosticar en forma eficaz este trastorno en etapas
tempranas, a fin de proporcionar tratamiento y hacer que la visión sea útil por
el resto de la vida.
Asimismo,
resaltó la importancia de evaluar a personas con riesgo (con antecedentes
familiares, a quienes en algún momento les ha sido detectado un aumento en la
presión intraocular o aquéllas en que el aspecto del nervio óptico sea
sugerente o sospechoso de glaucoma) para que estén bajo vigilancia periódica,
pues podrían llegar a desarrollar la enfermedad. De la misma manera, abundó,
deben acudir a una revisión habitual quienes padecen miopía, diabetes mellitus e hipertensión arterial.
El
tipo de glaucoma más común es el primario de ángulo abierto, con un 70 por
ciento; mientras que el de ángulo cerrado se manifiesta en un 20 por ciento de
los casos. También existen glaucomas secundarios generados por otras
enfermedades e incluso por traumatismos, así como el congénito.
Sin
embargo, puntualizó, no siempre se le relaciona con el aumento de la presión
intraocular. Se han registrado casos de pacientes cuya presión está dentro de
los rangos normales, o con otras consideraciones no necesariamente vinculadas,
como alteraciones del flujo vascular, que conducen al daño del nervio óptico.
Una
vez diagnosticados con glaucoma, su control debe ser permanente; lo más
importante es el seguimiento, pues se trata de una enfermedad incurable, aunque
controlable.
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