De
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es
una de las primeras causas de muerte a nivel mundial; tan solo en
2012 se le atribuyeron 8.2 millones de defunciones, mal que se
mantiene entre las prioridades de estudios médicos para encontrar
una forma de controlar su incidencia en la población.
Por
ello, y con el objetivo de hacer más eficientes los tratamientos
para combatir el cáncer, Guillermo Ulises Ruiz Esparza, investigador
del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey
(ITESM), desarrolló un nanodispositivo que ayudará a suministrar de
manera más eficiente los medicamentos que se usan hoy en día contra
esta enfermedad.
El
especialista en nanomedicina explicó que se trata de una tecnología
hecha a base de nanoestructuras, que al ser inyectadas viajan al
tumor, entran a las células cancerosas y pueden liberar dos
medicamentos de manera secuencial y espacio-temporal.
Detalló
que existen diversos tratamientos, tanto para el cáncer como para
otras enfermedades, que requieren un suministro preciso y diferido de
dos fármacos en un área muy específica, para que estos puedan
actuar en sinergia y ser más eficaces.
Explicó
que “normalmente, los oncólogos tratan el cáncer suministrando la
terapia en dos etapas: administran un primer fármaco quedebilita y
sensibiliza a las células cancerosas del tumor y 24 horas después
suministran un segundo fármaco que genera un efecto citotóxico en
dichas células”.
No
obstante, agregó que “debido a las diferentes propiedades
fisicoquímicas y vías de administración de los medicamentos, es
muy baja la probabilidad de que el primer fármaco llegue al tumor, y
24 horas después el segundo medicamento impacte a la misma célula
tumoral previamente sensibilizada”.
Esta
nanotecnología –desarrollada por Ruiz Esparza durante sus estudios
doctorales y bajo la asesoría de Elvin Blanco, doctor en Ingeniería
Biomédica– permitirá resolver este problema ya que cuenta con
doble sistema de liberación, lo cual ayudará a incrementar la
efectividad de los tratamientos.
Dicha
innovación trata de partículas de dimensiones aproximadas de 150
nanómetros, hechas a base de polímeros y azúcares que se degradan
en el organismo después de liberar su carga y que no son tóxicos
para el organismo del ser humano.
Detalló
que “se trata de nanoesferas que en el exterior contienen un
sistema de liberación autónomo que encapsula al primer medicamento
y en el núcleo contienen otro sistema de liberación con el segundo
fármaco. Los fármacos están encapsulados con nanomateriales de
diferente biodegradabilidad, para que primero se libere un fármaco y
24 horas después se libere el segundo”.
Para
lograr esto, el investigador cuenta con una medición muy exacta de
la degradación de cada uno de los nanomateriales dentro del
organismo, la cual está basada en una modelación matemática, que
ayuda a tener una liberación de ambos fármacos totalmente
programable y controlada.
Con
esta nanotecnología, además de que se garantiza un suministro
preciso, también se asegura que el medicamento llegue al tumor o
tejido dañado, resaltó el especialista.
Dijo
que “se puede llegar directamente al tumor a través de la
permeabilidad del mismo, es decir, al ser inyectadas intravenosamente
las nanoestructuras viajan a través del torrente sanguíneo, y
gracias a la permeabilidad y porosidad de sus vasos sanguíneos se
acumulan de manera más selectiva en los tejidos dañados, ya que la
mayoría de los tejidos sanos no presentan vasos sanguíneos
permeables”.
Al
llegar directamente al tumor, además de que se podrá incrementar la
eficacia y seguridad de los tratamientos actuales, también se podrá
pensar en una reducción de costos de los mismos, ya que actualmente
por cada 10 mil moléculas de la sustancia activa que contienen los
fármacos tradicionales, apenas una molécula llega al tejido donde
se requiere; el resto se degrada en el organismo y provoca efectos
adversos en otros tejidos, manifestó Ruiz Esparza.
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