Diversas
organizaciones ambientalistas de la sociedad civil respaldaron una petición
lanzada al secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra
Abud, para solicitarle la revocación de la autorización en materia ambiental
expedida a favor de la Administración Portuaria Integral de Veracruz (APIVER)
en junio del 2014 para explotar roca basáltica en la Reserva de la Biósfera Los
Tuxtlas.
Ello
en base a que el estado de Veracruz alberga dos de los tesoros naturales más
importantes de México y el mundo: El Parque Nacional Sistema Arrecifal
Veracruzano (PNSAV) y la Reserva de la Biosfera Los Tuxtlas (RBLT). Ambos están
en grave riesgo por la decisión del gobierno mexicano de ampliar el puerto de
Veracruz.
Por
ello, a través del portal Change.org, se difundió la petición que pide también
al nuevo titular de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas (CONANP),
Alejandro del Mazo, que incremente la protección del Sistema Arrecifal
Veracruzano (SAV), inscribiéndolo en el Registro Montreux, una lista especial
de humedales que permitiría al sitio recibir atención internacional especial y
que México obtenga asesoría y recursos financieros para preservarlo.
Con
motivo de la ampliación del puerto, el gobierno modificó, sin la suficiente
información científica, la superficie del PNSAV y autorizó la ampliación
mencionada dentro del SAV, sitio enlistado en la Convención Ramsar, la cual es
un tratado intergubernamental que protege humedales de importancia
internacional. El gobierno no puede ir en contra de normas nacionales e
internacionales y debe considerar los impactos acumulativos que el proyecto
tendrá en el ecosistema debido, entre otras cosas, al crecimiento poblacional y
al mayor tráfico marítimo en el puerto.
Con
esta autorización se permitió la construcción de dos rompeolas con una longitud
conjunta de protección de 7 mil 740 metros, una dársena principal de 800 metros
de diámetro, nueve tipos de terminales de muelles y 30 posiciones de atraque
para embarcaciones. En total, el proyecto de la ampliación del puerto de
Veracruz abarcará una superficie de alrededor de 910 hectáreas, el doble del
tamaño actual del puerto.
La
remoción, fragmentación y asolvamiento de los arrecifes de coral del SAV, y su
desaparición por terrenos ganados al mar, dañarán irreversiblemente la
salud[ii] de toda la barrera coralina, el sistema más resiliente de México.
El
gobierno autorizó también la extracción de dos millones de metros cúbicos de
piedra basáltica en la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas para la construcción
de las escolleras del nuevo puerto. Dicho proyecto se ejecutará en un predio de
52 hectáreas en el ejido Balzapote, municipio de San Andrés Tuxtla, Veracruz.
Cabe
mencionar que el Programa de Manejo de la Reserva de los Tuxtlas prohíbe
expresamente el uso de explosivos dentro del área. El ruido y la presencia de
personal afectarán el comportamiento habitual de la fauna, especialmente del
mono aullador. La explotación de roca en Los Tuxtlas alterará irreversiblemente
la topografía, la vegetación y los servicios ecosistémicos del área, amén de
que contraviene los propósitos de la Reserva.
Este
parque nacional es hábitat de corales, delfines y tortugas marinas. Tiene una alta
productividad pesquera y una gran belleza escénica. Sus arrecifes son
reguladores del clima y funcionan como barrera contra olas y tormentas, como
ocurrió en 2010 cuando amortiguaron el embate del huracán Karl de categoría
cuatro en la ciudad de Veracruz.
Es
por ello que, a través de esta campaña se pide la firma de la ciudadanía a la
petición, de forma que el gobierno mexicano, particularmente la Semarnat,
revoque la autorización en materia de impacto ambiental otorgada y cumpla con
su función primordial de proteger el patrimonio natural de México.
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