miércoles, 24 de junio de 2015

Modifican semillas para crear árboles resistentes al cambio climático


La doctora Alma Orozco Segovia del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirmó que mejorar las semillas de árboles nativos para aumentar su resistencia al cambio climático es posible y contribuye a la restauración de sistemas ecológicos en el país.
La experta en Ecología Fisiológica de la Germinación explicó que para ello ha desarrollado métodos llamados estrategias de acondicionamiento–en los que “estresa” a las semillas–, cuyos resultados podrán ser usados en el futuro por cualquier persona sin necesidad de un laboratorio o de hacer pruebas sistematizadas como las que ella hace actualmente.
Dijo que “estoy tratando de mejorar semillas de árboles nativos como se hace con los granos de maíz, a través de tratamientos fisiológicos, no genéticos, para restaurar el ecosistema”, indicó la doctora perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con el nivel III.
En comunicado de prensa, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), indicó que que se ha perdido una gran cantidad de superficie arbórea de México. Como un ejemplo, Tabasco solo conserva el 10 por ciento de su vegetación. El resto son potreros, zonas de cultivos. Eso provoca erosión, pérdida de la fertilidad, muchísimas otras cosas, además de la pérdida de especies, de ahí que este trabajo de ciencia plantee cambiar la dirección de la forma en que se percibe a la naturaleza y debe restaurarse esas áreas con especies nativas.

Sobre que trabajo se debe hacer para esta restauración ecológica, indicó que se requieren que las semillas tengan embriones vigorosos, con cierta tolerancia al estrés, pues luego de ser muy cuidadas en un invernadero, las plantas son llevadas a un ambiente que no es amable para plantas jóvenes. Además, necesitamos que esas semillas sean resistentes y productivas, con mayores tasas de crecimiento.
Aunado a que ahora con la ciencia se pueda aprovechar la información genética que ya tiene la especie para que, dentro de sus límites de tolerancia, exprese su mayor tolerancia al estrés.
Detalló que la restauración no se refiere a reintroducir una especie solamente, sino a reintroducir especies que juegan diferentes papeles dentro de la comunidad. Por ejemplo, la selva alta perennifolia tiene especies herbáceas, arbustivas, del estrato medio, bajo, alto y árboles emergentes.
Dijo que cada una de ellas está adaptada a vivir en su estrato y le otorga ciertas propiedades al ecosistema, que incluye determinadas alturas en las que se pueden desplazar los animales para alimentarse; o las especies vegetales que pueden aprovechar los rayos del sol que entran a través del arbóreo para realizar la fotosíntesis.
Sobre la forma de poder realizar la mejora de las semillas explico que de primero saberse que no sólo el ecosistema se estresa sino hasta la misma semilla, y por lo tanto los patógenos o los insectos las pueden atacar con mayor facilidad; y como en la actualidad casi todo está muy perturbado, pues lo que tenemos que hacer es quitarles todos esos daños.
Ya después las introduzco a una cámara de germinación, pero si es una semilla proveniente de una zona que normalmente se quema también puedo someterla a tratamientos de calor o incendio, porque a veces justamente son esas temperaturas las que van a permitir que las semillas germinen. Pero eso lo hago con un tratamiento antes de las hidrataciones y deshidrataciones.
Luego las preparo para que ya no tengan ningún obstáculo para germinar. Al decir obstáculo me refiero a la cubierta de la semilla que es dura e impermeable. Las vuelvo permeables metiéndolas en agua a temperatura de 100 grados centígrados. Quito mis semillas de la estufa, bajo la temperatura a 80 grados centígrados y allí las dejo dependiendo del volumen de las semillas y del grosor de la cubierta de las mismas.
Otra forma para vigorizarlas es a través de un contenedor con arena. Allí pongo las semillas, las cubro con más arena y las meto al horno para que se calienten a 60 grados centígrados por determinado tiempo; eso depende de la región del país donde hayan sido recolectadas. Tomo la información del ambiente de esa región y hago cálculos de cuánto tiempo pasan en condiciones de calor y cuánto de frío, y hago lo mismo en el laboratorio.
“Los primeros en aplicar en nuestro país este tipo de tratamientos a las semillas nativas somos nosotros, en este laboratorio. Más o menos al mismo tiempo en Cuba empezaron a hacer algo parecido. ¿Qué ventaja llevamos nosotros en relación a otros países que han estado investigando casi lo mismo? Hemos encontrado que eso que hacemos de manera muy controlada en el laboratorio lo podemos reproducir poniendo las semillas en el suelo, y en condiciones en que normalmente estas germinarían”, aceptó.

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