Se dio a conocer que la creación mexicana Masaroca ha sido patentada
internacionalmente por Cuba, Rusia, Estados Unidos y Sudáfrica, las propiedades
–en estado fresco– de los productos de esta tecnología mexicana Masaroca
que se caracterizan por su facilidad de preparación en el rubro de cementos (solo
se requiere añadirles agua). Su consistencia es la de una masa, aunque sin que
se ponga blanda o correosa con la humedad o el calor.
También carecen de revenimiento, es decir, no escurren, por lo que
no hay desperdicio. Son autosustentables y, como la plastilina, poseen memoria
dimensional en fresco. No requieren molde o cimbra, tienen una gran cohesión y
adhesividad al sustrato mas no a la herramienta, y no son tóxicos. Su
aplicación es fácil y se utiliza herramienta común.
En estado endurecido, los productos Masaroca tienen una alta
resistencia estructural a la compresión, flexión, tensión y adherencia, explicó
en entrevista el escultor e inventor de esta tecnología, Carlos Javier
Fernández García.
Además, detalló que carecen de contracciones y expansiones, es
decir, no se agrietan y no requieren juntas constructivas. Son impermeables,
resistentes al fuego, a agentes externos y contaminantes.
Una trascendente labor que hasta el momento solamente se ha
realizado en el estado de Veracruz –utilizando esta tecnología mexicana– es la
rehabilitación de viviendas que el inventor Carlos Fernández refiere como
marginales, (refiriéndose a casas ubicadas en zonas de alta marginación).
Este proyecto no representa ninguna ganancia para el escultor porque para
este trabajo, él y la empresa Masaroca decidieron ceder todos los derechos que
tienen por las patentes y su desarrollo.
A lo cual declaró que “hemos rehabilitado 600 viviendas
'marginales' (sic) hechas originalmente con lámina, cartón o pedazos de madera,
en el municipio de Perote y otros del estado de Veracruz, proveyéndolas de una
cimentación, muros y techos similar a la dureza y resistencia de una piedra”.
Las estructuras ya existentes sirvieron de soporte porque las
láminas o madera se reforzaron al recubrir los muros y techos con mallas de
acero y Masaroca. Además, detalló que se les puso piso, ventanas y hasta
tragaluces.
El escultor aseveró que la ventaja de Masaroca es que permite
reutilizar los elementos estructurales de las viviendas y, en lugar de
construir casas nuevas en zonas marginadas, se reconstruyen las que ya están.
En ingeniería, la tecnología Masaroca ha contribuido a la
reconstrucción y reforzamiento del puente histórico San Marcos-Las Puentes, en
Veracruz, única vía de comunicación entre Coatepec y Foto cortesía de
Masaroca Supermateriales y Tecnología, S.A de C.V.Xico, colapsado en 2007 por
el huracán Dean, lo que diariamente afectaba el trayecto de 11 mil
automovilistas.
La obra se terminó en tan solo tres semanas, con menos de la mitad
del costo y la cuarta parte del tiempo que hubiera implicado hacerlo con otras
tecnologías, aseveró Fernández García. Agregó que Masaroca hizo posible que se
trabajara directamente sobre el acero con elementos estructurales de formas
irregulares y sin necesidad de cimbra –es decir, sin arcos o armazones de moldeo,
soporte o sostenimiento previo–, lo que nunca antes se había hecho.
“A nivel arquitectura, Masaroca también provee una libertad de
construcción que hasta ahora ningún material había conseguido porque, dada su
consistencia, permite a los arquitectos lograr formas poco procedentes. Ejemplo
de ello es la Gran Stupa para la Paz Mundial, un templo budista en Valle de
Bravo”, añadió.
Detalló que con otras tecnologías, concretos y procesos
tradicionales, algunas formas antojadizas, a veces características de la
arquitectura orgánica, resultarían difíciles, además de costosas.
En el arte, esta innovación mexicana permite hacer escultura
monumental con métodos más sencillos y a un precio que puede ir desde los mil
pesos, mientras que con los procesos habituales se pueden gastar cientos de
miles de pesos o millones en una escultura monumental, dijo Fernández García.
En ese sentido y con motivo del 70 aniversario de la Escuela
Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, se realizó el Simposio
Internacional de Escultura Monumental en Masaroca. Con la participación de 14
escuelas de arte, tanto de México como del extranjero, se elaboraron 20
esculturas que han comenzado a instalarse en la Ciudad Cooperativa Cruz Azul,
en Hidalgo.
“También hemos trabajado mucho con el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes
(INBA) en la restauración de monumentos históricos. Hasta el momento, Masaroca
es el único material cementicio autorizado para la reparación de estos monumentos
porque los tradicionales trasmiten sulfatos que dañan al elemento original y
Masaroca no permite transmitir ningún tipo de sales”, argumentó su creador.
Prueba de lo anterior son las ocho esculturas del Banco de México
que están en las calles de Bolívar y 1o de Mayo, en el centro de la Ciudad de
México. Así como gran cantidad de domos, techos, elementos estructurales y
decorativos en inmuebles del INAH y del INBA, como el Museo Nacional de Arte
(Munal), el Exconvento de Betlemitas y el Templo de Santo Domingo de Guzmán, en
Oaxaca.
También contribuye con el medio ambiente dado que sus materiales
son muy inertes, no tóxicos, ni contaminantes. Además de que a través de esta
tecnología se tienen desarrollos para el beneficio de la ecología como la construcción
de arrecifes artificiales, encapsulamiento de materiales tóxicos o peligrosos,
diversos proyectos para reciclados y recubrimiento de techos de lámina de
asbesto, mencionó Carlos Fernández.
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