El
escritor mexicano Paco Ignacio Taibo II comentó sobre su nuevo
contribución en una serie documental de la cadena Telesur, proyecto
televisivo en donde unificó su publicación referencia a la figura
de Ernesto "Che" Guevara, y que al hacer visualmente parte
de lo escrito en su libro, le permitió visitar diversos países en
donde el Che paso alguna vez, siendo el pináculo el conocer Bolivia
en donde fuera asesinado. Así como observar el cuarto donde dormía
y donde comía.
Explico
que esta aventura fueron meses de caminar por muchos senderos y
quitando solemnidades de los diálogos y sitios ya tradicionales, ya
que no fue documentar lo conocido, o con discursos tradicionales,
sino que el visitar sitios y personas que alguna vez supieron del
paso del Che Guevara, y que fue tal su libertad de palabras, que no
tuvo un guión preescrito, sino con lo mismo que había redactado en
su libro.
Esto
será parte de su serial Los Nuestros. Dijo que este trabajo le gustó
pues realiza cambios a los moldes tradicionales de la televisión y
dijo que a él le atrae esa televisión viva.
Explicó
que ser slogan, doctrina y frases sueltas sin contenido, es algo que
trata de cambiar y no hacer que el Che sea una mercancía, sino, que,
por ello, trata de mostrar una narración sin imposición sobre la
realidad de este personaje.
Explico
entre las ideas que le venían a la mente, que no debe pensarse que
Bolivia era el siguiente paso de la revolución del Che, sino que
sólo era una base de entrenamiento y ello fue quizá un error que
debe aclararse, situación que derivo en su captura.
En
la cuarta edición de su libro sobre el Che, indicó le sigue
incluyendo anécdotas, pero que igual cerrará por un tiempo, sin
abandonarlo, pues la historia es movible; más aceptó que el Che es
muy exigente en sus anécdotas, experiencias, etc.
Comentó
que pese al paso del tiempo, en Bolivia en esas zonas rurales en
donde anduvo y en donde murió existe una huella indeleble, desde un
mausoleo o más simple como son las antiguas casas en donde alguna
vez pernocto. Perdura su figura en la zona.
“Me
impacto en el lavadero de la Higuera donde se mostró su cadáver
–que aún existe- y te quedas sin aliento”, es ahí donde uno
piensa que esto es lo que se debe transmitir las emociones de lo que
fue ese hombre, que pensaba y hacía, pues al final lo que él fue
era una persona de convicciones muy concretas y de ideas muy
sociales”.
Recordó
que el Che era un apasionado de lo prehispánico y muestra de ello
fue quienes narran como apreciaba la arquitectura antigua. Más en
Argentina es muy débil su imagen, a diferencia del resto de
Latinoamérica, pero hoy va creciendo en leyenda entre los jóvenes.
“Quería
a Ernesto no el personaje del Che para la serie grabada, sino como el
hombre y añadió que era muy coherente en sus creencias y hechos que
era muy igualitario, demócrata que gustaba de construir desde abajo,
vagabundo, inquieto, romántico, era alguien que no teorizaba de
libros sino de la realidad que observaba”.
Puntualizo
que le sigue sorprendiendo que era muy optimista pese a cuando estaba
cercado en Bolivia; así como que en Cuba se hizo campesinista y no
confiaba en los obreros y no sabía comprender a esta clase social
que surgía en esa época. Era muy irreverente y no daba importancia
al oropel y falta de esencia, era vital el contenido de la persona”.
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