La caída de las Torres
Gemelas en Nueva York, ocurrida el 11 de septiembre de 2001, ha sido uno de los
acontecimientos más descritos del mundo en este siglo; sin embargo, el
dramático hecho que significó un parte aguas al inicio del nuevo milenio sirvió
de marco para que el escritor argentino Gastón García Marinozzi profundizara en
situaciones que afectan cíclicamente a las personas, el querer olvidar, como si los recuerdos
ocuparan espacio en la memoria.
Por ello en su libro “Viaje
al fin de la memoria” publicada por sello de Tusquets, el autor
aprovecha su experiencia periodística y crea al protagonista Mario Palmero,
reportero, que es enviado de urgencia a cubrir el más impactante ataque al
centro del imperio económico de Estados Unidos, el camino que emprende, le
permite reflexionar sobre las historias que conmocionan a la sociedad, pero que
también han dejado huella en su propia vida.
Mientras
maneja recuerda sin proponérselo cuando era niño y su viaje a Buenos Aires
durante un mundial, la relación afectuosa que tenía con sus primos y la
relación con su madre. Palmero conduce por 3 días
en carretera hacia Nueva York, acompañado en un principio por su amigo Merisi y
el camarógrafo Beto.
Explicó que trata de explicar los viajes de este
protagonista y como por tres días para llegar a Nueva York, que se acompaña a
su introspección personal que le hace transmutar desde su infancia que le hace
pasar a ser argentino a mexicano, como trata de entender el personaje Mario. “A
él lo mandan a este viaje de trabajo y su sensación alrededor es de fin del
mundo, pero no le importa, sólo quiere llegar por cuestión de trabajo; pero
este proceso de autopreguntarse de dónde viene y que esto le puede llevar a
cambiar su vida”.
La
novela no es el recuento del ataque a las Torres
Gemelas, sino que es un viaje al interior de un hombre que fue afectado por la
dictadura argentina, se exilió en México y más tarde, por la profesión que
desempeña, es tocado por la violencia y la inseguridad del país. “Somos el
resultado de nuestra guerras y nuestros muertos. Y de nuestras lluvias. Estamos
hechos de aquello de lo que escapamos. Nos pasamos la vida sobreviviendo y
contando los muertos”, dice Palmero.
En
entrevista con este reportero, abundó que desde el 11 de septiembre se perdió
la inocencia y se llegó a la madurez, cuestión que trato de intercalar con la
vida del personaje que a sus 30 años debe transformar su vida.
Sobre
la concepción de este hombre (personaje) indicó que comienza que era alguien
cuyas decisiones en su vida era tomada por otros; pero en esta carretera piensa
en su vida y es ahí donde visualiza y piensa que “este soy, y es mi vida”, y al
apreciar el horror del 11 de septiembre, entiende la importancia de tomar las
riendas de su existencia.
Me
gustaría que los lectores puedan observar en esta novela, el cambio individual
que se puede tener al avanzar en la vida y las decisiones que repercuten en uno
mismo, explicó que esto es parte de las reflexiones de que hacemos con nuestro
pasado, presente y futuro. “No es una novela autobiográfica, pero comulgo mucho
con ser orgullosamente migrante y en ese andar del hombre y esto es una manera
de ser en la vida y el 11 de septiembre hizo al inmigrante un enemigo, aunque
desde que éramos cavernícolas los migrantes poblaron el planeta”.
Detalló
que al ser periodista de profesional, la escritura de la novela le fue un poco
sencillo por ya tener la imaginación de ideas, en este caso, ya que el
periodismo es una profesión que está mutando mucho en estos días.
Gastón García Marinozzi, es periodista en España, Argentina y México y ha colaborado
en dos libros con Daniel Mordzinski: Portraits
d’écrivains mexicains (Gallimard, Francia) y Bogotá 39 (Ed. Alcaldía de Bogotá, Colombia).
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