De acuerdo a las Naciones
Unidas mientras que en
Norteamérica, varias ciudades de los Estados Unidos viven la
navidad más caliente jamás registrada e inundaciones y tornados extremos que han
causado más de 40 muertos en estados como Nuevo México, Texas, Oklahoma,
Missouri e Illinois; en México se experimentan nevadas inusuales en sus estados
fronterizos y en Sudamérica las peores lluvias e inundaciones de las últimas
décadas han dejado más de 170 mil evacuados en Paraguay, Argentina, Brasil y
Uruguay, actividades muy inisuales que hacen evidente el impacto y presencia
del Cambio Climático.
Estos acontecimientos, se indica van ligados a la
“peor fluctuación climática global de los últimos 15 años” según la
Organización Meteorológica Mundial (WMO por su siglas en inglés), son una
consecuencia de “El Niño”, un patrón climático recurrente que implica
variaciones en la temperatura global, en períodos que van de tres a siete años.
Tan solo en Paraguay y pese a que en noviembre
pasado, la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) anunciara que de acuerdo a
los pronósticos, la tendencia de El Niño sería comportarse de fuerte a moderado
en los próximos meses; tras la crecida del río Paraguay durante la semana de Navidad,
se registraron 130 mil evacuados y cuatro personas murieron aplastadas por
árboles en Asunción, su capital.
Cabe resaltar que según expertos del Panel
Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), El Niño y La Niña se están
volviendo más frecuentes e intensos y se han intensificado por cuenta del
cambio climático, pues un planeta más caliente intensifica el ciclo hidrológico
en la medida en que hay más energía en el planeta para estos fenómenos.
Cabe recordar que el nombre de El Niño (refiriéndose
al niño Jesús) fue dado por los pescadores peruanos a una corriente cálida que
aparece cada año alrededor de diciembre frente a las costas de Perú y Ecuador,
mes en el que se celebra la Navidad cristiana. Según Famine Early Warning Systems Network
(FEWS) el actual evento de El Niño ha ocasionado una de las peores sequías de
las últimas décadas en gran parte de Centroamérica y Haití, con probabilidad
que se extiende hasta inicios de 2016.
Según el Centro Internacional para la Investigación
del Fenómeno de El Niño (CIIFEN), las anomalías de El Niño podrían alcanzar su
máxima intensidad entre noviembre del 2015 y enero del 2016, presentar un
repunte el primer trimestre del año entrante y extenderse durante los primeros
meses del 2016, manifestándose con déficit de lluvias en Centroamérica, el
Caribe, el noreste y centro de Brasil, Colombia y litoral de Venezuela, así
como lluvias sobre lo normal en la costa de Ecuador, Amazonía norte de Perú,
parte central de Chile, Uruguay y sur de Paraguay.
Para hacer frente a la
tendencia de aumento en intensidad y frecuencia de los desastres en los últimos
años, El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030,
adoptado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en marzo pasado y
primer instrumento de la agenda para el desarrollo post 2015, llama a:
Fortalecer los modelos de
reducción del riesgo de desastres, las evaluaciones, los mapas, el monitoreo y
los sistemas de alerta temprana multiamenaza
Promover la realización de
estudios integrales multiamenazas y el desarrollo de evaluaciones y mapas
regionales de riesgo de desastres, incluyendo los escenarios de cambio
climático
Mantener y fortalecer
observaciones del clima y de la tierra, tanto in situ y por teledetección.
Integrar medidas de
reducción del riesgo de desastres en los programas multilaterales y bilaterales
de asistencia para el desarrollo relacionados con la adaptación al cambio
climático.
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