En los últimos años, ha habido una cantidad notoria de avances
tecnológicos cuyo uso trasciende a las nuevas generaciones que acceden a ellos
a edades cada vez más tempranas. La televisión, los juegos de video, el
internet y los aparatos tecnológicos (teléfonos celulares, tabletas, laptops,
por ejemplo) se han vuelto parte de la vida cotidiana de niños pequeños.
Lo cual ha desencadenado que empiecen a presentar problemas de
obesidad, por la falta de movilidad al estar muchas horas en la escuela y el
hogar atentos en todo momento a las herramientas digitales, como es la
computadora, el celular, la tableta y las consolas de videojuegos.
Al respecto, David Montalvo Castro, presidente del Colegio
Mexicano de Bariatría, A.C., explicó que las innovaciones tecnológicas han
mermado la capacidad de los niños de divertirse con juegos y actividades
físicas. “Muchos niños, menciona, dejan de comer por seguir disfrutando” de un
videojuego o de ver la televisión, malcomiendo o consumiendo alimentos no
nutritivos para su cuerpo”.
Añadió que “hay diversos factores que influyen de manera
importante en la obesificación de los infantes, desde la inseguridad en las
calles; falta de espacios verdes y centros deportivos de libre acceso; falta de
una cultura de la práctica de deportes; nula educación en nutrición que se
imparte en las escuelas; la inclusión de las madres modernas en la fuerza
laboral para incorporar su ingreso a los gastos familiares; la tendencia a la
desaparición del desayuno en casa y del refrigerio casero que se llevaba a la
escuela.
Así como la oferta de comestibles altos en carbohidratos, azucares
y grasas en las tiendas escolares; el bombardeo en medios electrónicos y de
otros tipos, y, muy importante, el arraigo de los hábitos alimentarios de la
familia-, mismos que propician el consumo excesivo de alimentos con muy alto
contenido de carbohidratos y grasas y bajo contenido de proteínas, sobre todo
para aquellos niños que están en un estado pasivo frente a la computadora, al
videojuego o televisión”.
Aseveró que el niño obeso no es responsable de lo que come ni del
peso que haya alcanzado, ya que el cambio en el estilo de vida actual debe ser
modificado e incluir recomendaciones sobre alimentación, actividad física,
horas de sueño, etcétera.
Se debe, dijo fomentar la actividad en casa es fundamental para
perder peso. Apagar la televisión y que toda la familia practique juegos de
participación activa, como el fútbol, karate o bien dar una vuelta a la
manzana, montar la bicicleta, jugar bote pateado, las “traes”, brincar la
cuerda, usar la patineta. Todos esos juegos ayudan a quemar grasa y a
mantenerse en forma, a diferencia de los juegos de video.
Concluyó que para que no se incremente el peso por acumulación de
grasa debe existir un equilibrio entre el valor energético de lo que se consume
y el que se utiliza por la actividad física. Por tal motivo, recomendó proporcionar
a los niños refrigerios a partir de frutas y vegetales y no golosinas
industrializadas, mantener un horario habitual de comidas, evitar el consumo de
refrescos embotellados.
Sin dejar de disminuir al mínimo el uso de grasa y azúcar en la
preparación de los alimentos, establecer un horario limitado para ver
televisión y para el uso de videojuegos y computadoras con fines recreativos y,
sobretodo, rescatar y enseñar a los niños los juegos de participación activa
que como padres jugamos en la infancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario