En el estudio Causas de Fracaso en Empresas Sociales
Mexicanas, más reciente estudio de The Failure Institute (Instituto del
Fracaso) reveló las razones que llevan al fracaso a los emprendimientos
sociales en México, en donde destaca que la falta de una figura legal especial
para emprendedores sociales dificulta que accedan a inversionistas
especializados.
Siendo los factores clave encontrados que
existe una amplia falta de recursos e infraestructura, ya que, parte de los
emprendedores sociales afirman carecer de las habilidades para integrar
proyectos y obtener fondos.
Otro rubro es que el contexto económico y
social no es idóneo. Los emprendedores se refirieron a la falta de una figura
legal especial para ellos como un obstáculo para acceder a fondos, es decir,
una figura legal intermedia entre una sociedad anónima y una asociación civil.
El no tener bien definido su consejo de
administración, que se convierte en una figura conflictiva en donde se parte de
una falta de claridad en la definición de responsabilidades. Ésta se manifiesta
en la ausencia de compromiso de los socios fundadores.
Leticia
Gasca, directora del Instituto del Fracaso, detalló que el porcentaje de
emprendimientos que se frena por los puntos mencionados es casi de un 65%.
Explicó que este estudio se basó en principio en definir que el emprendedor
social es parte de una empresa autosostenible.
Los
resultados de este estudio definió diversos paradigmas como que el perfil del
emprendedor en un 49% es alguien de más de 30 años, 66% son licenciados, 45%
tiene más de 10 años de experiencia laboral, 38% tiene de 1 a 3 años de
experiencia en puestos directivos y 71% tiene socios en su proyecto
profesional.
En entrevista con este reportero, indicó que estos
resultados indican que los emprendimientos sociales viven más que los proyectos
normales, al ser programas de motivación humana; y de ahí, quizá su vida en
promedio es más alta.
La tendencia histórica indica que en cinco
años a la fecha se han disparado y que al tener los fondos de inversión de
impacto, que si se ha demostrado son accesibles para establecer estos impactos
de piso en la realidad.
Los emprendedores sociales tienen claro que
nadie se volverá millonario, sino que buscan vivir adecuadamente y dejar un
impacto y remediación social o ambiental.
Explicó que se ha hecho un comparativo con
Colombia, que es muy parecido a México, con las diferencias de acceso al
crédito, siendo México en donde se tiene más acceso. Igual en tiempos de
supervivencia que es de dos años. Mientras que en Estados Unidos es de cinco
años.
Este estudio se basa en la experiencia de 115
emprendedores sociales mexicanos y busca que otros emprendedores sorteen de
mejor manera los principales contratiempos de los proyectos de esta naturaleza.
Alfonso Serrano, CEO & Founder en
Hábvita, emprendedor del tema social de la vivienda, indicó que los emprendedores sociales
deben y están llenos de fracasos, que es lo más común y todos los integrantes
de emprendimientos sociales, debe estar acostumbrado a esta realidad, para así
no ceder en sus intenciones.
Puso
el ejemplo de su proyecto que apoya vender casas en comunidades rurales en
zonas de empleos informales y se basan en no microcreditos ni en buro de
crédito, sino en los sistemas de arrendamiento oficiales y no, que acaba
brindando colchón a los adquirientes. Pero dando financiamiento es esencial dar
seguimiento en los proyectos para no dejar que el concepto se pierda.
Detalló
que un proyecto social no puede tener en su pensamiento de nacimiento el vivir
de un subsidio. Cabe mencionar que en México se estima existen 45 fondos
públicos y privados que operan en la actualidad y que pueden ser aplicables a
proyectos sociales.
Indico
que el gobierno da muchos donativos y subsidios de ahí es donde los proyectos
híbridos que deben ser reconocidos por su valor social y llegar a ser un tema
de implicación federal. Añadió que los emprendedores sociales es un
entorno pequeño y en 10 años de trabajo le conlleva a afirmar que un proyecto
bien estructurado nunca le faltarán la posibilidad de levantar recursos. Más,
“no debe pensarse que se puede crecer a base del gobierno, pues en recortes
presupuestales ello amarra manos de las organizaciones”.
Mencionó que empezamos hace muchos años con
la mentalidad de ayuda r a personas de comunidades muy aledañas, y tras
convivir con ellos. Recordó que en México se tienen 350 mil viviendas de
autoconstrucción por la misma gente dejando sus varillas de la esperanza, que
llegan a tarda hasta 8 años con una inversión al triple de lo normal, la
trabaja sin asesoría de nadie.
Pero en desastres naturales son las primeras
en verse afectadas. Pero con este tipo de proyectos se les da financiamiento y
se les construya sus casas que no se abandonan al tener ya los terrenos y esto
brinda un gran ahorro. A diferencia de las casas que se van edificando en
sitios muy lejanos de sitios de trabajo o de donde quiere estar. Añadió que
están construyendo unas 3 mil viviendas.
Vivienda rural con el crédito del Infonavit
es un gran punto que se suma a este programa (fomentando casas en ámbitos
rurales), este emprendimiento se enfoca a gente que no tiene acceso a créditos
oficiales.
La casa se adapta al ambiente bioclimático, y
conforme a cada región, se tiene un prototipo para diversas regiones, pues se
debe adaptar a los usos y costumbres y este tipo de edificaciones cuesta la
mitad de una vivienda de arrendamiento normal, pues se tiene el ahorro del
terreno como de los servicios.
Puntualizó que 98% de las viviendas que
apoyan tienen ecotecnologías, son creadas con adaptación al clima para ser
hogares bioclimáticos, lo que les hace más barato el vivir en las mismas al ser
hogares sustentables.
Al finalizar la presentación se llevó a cabo
una mesa redonda con especialistas que profundizaron en el tema y en la que
participaron Marisol Rumayor, directora general de Programas de Desarrollo
Empresarial de INADEM; Arturo Pérez Estrada, accionista en Greenberg Traurig;
Pedro Castillo, director de relaciones institucionales en promotora Social
México; Araceli Campos, directora de Impact Hub CDMX, así como Alfonso Serrano
y Leticia Gasca.
Respecto a las 3 principales causas de
fracaso en emprendimientos sociales, los panelistas coincidieron en que un buen
proyecto de emprendimiento social no debe subsistir a base de subsidios
gubernamentales. El éxito radica en un modelo sólido de negocios, que sea
autosuficiente y escalable.
Cabe mencionar que The Failure Institute es
el brazo de investigación del movimiento global FuckUp Nights y ésta es la
cuarta investigación que realiza para vislumbrar los elementos que llevan al
fracaso a los emprendimientos en México y Latinoamérica.
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