Las Coloradas, San Crisanto, Chelem y Chuburná, son algunas de las
zonas más afectadas por el fenómeno de erosión de playa en la costa norte de
Yucatán, -región de la península de Yucatán en el Golfo de México-, recuperaron
entre cinco y ocho metros de playa en los últimos dos años gracias a la
aplicación de sistemas de geotubos instalados por la empresa Axis, Ingeniería y
Medio Ambiente y evaluados por el Centro de Investigación Científica de Yucatán
(CICY), con el apoyo del Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) del
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Esta
empresa mexicana inició un proyecto de reconstrucción de playas erosionadas en
la costa norte de Yucatán a través de la instalación de geotubos, materiales
tubulares elaborados a base de polímeros, cuya longitud puede tener de seis a
10 metros, y su diámetro abarca de uno a 1.5 metros.
Carlos
Rolando Ríos Soberanis, profesor investigador adscrito al CICY, describió que
las costas de Yucatán presentan una topografía marina que permite la fácil
aplicación de los geotubos, pues la dinámica de corrientes del golfo de México
tiene un efecto en dirección diagonal sobre el sedimento arenoso.
El
fenómeno de erosión de playas ha provocado que en la actualidad, una gran
cantidad de casas construidas a orillas de la playa son abandonadas por sus
propietarios debido a que sus sedimentos se ven afectados por la corrosión, lo
que incluso puede provocar el derrumbe de la propiedad.
La
Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos señala que las playas son
de carácter federal, es decir, propiedad de todos los mexicanos, por lo que los
propietarios privados de las casas que quedan en la orilla de las playas
erosionadas pueden presentar dos problemáticas graves: que los impuestos sobre
la propiedad se eleven, o bien que se puedan expropiar.
El
investigador describió que este procedimiento funciona por medio de los
geotubos que se instalan a través de un proceso de dragado en el que se extrae
arena del fondo marino. Usualmente, los vientos del norte llegan con mayor
energía a partir del mediodía. Al chocar con la cresta de los geotubos (la
parte superior), su energía disminuye y solo una parte de las olas pasa hacia
el otro lado, donde depositan una carga de partículas sólidas (arena).
Cuando
la ola llega hasta la orilla de la playa, la energía que tiene no es la
suficiente como para arrastrar las partículas hacia el mar nuevamente. “Esta
dinámica aumenta la deposición y disminuye el arrastre”, apuntó.
Describió
que los geotubos se colocan generalmente de uno a tres metros de distancia de
la orilla, tomando en cuenta los estudios locales existentes en torno al daño
ocasionado por la erosión.
Eventualmente,
los geotubos se llenan entre 80 y 90 por ciento (nunca al 100 por ciento) con
la finalidad de que su forma adquiera un aspecto ovalado y pueda funcionar como
un rompeolas.
Esta
empresa dio a conocer que los geotubos están diseñados con textiles (o geotextiles)
elaborados a base de fibras naturales (algodón, paja, fibra de coco) y
polímeros (polipropileno, polietileno, poliamidas), pero lo más importante de
ellos es su arquitectura o geometría. “Esto es la manera en que los hilos,
filamentos o mechas están entrelazados. Lo que sería el entretejido
(interwaving) o la forma en que están cocidos, en términos coloquiales”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario