En diversas zonas de aprovechamiento forestal de los ejidos
El Salto, El Brillante y la Victoria, en el municipio de Pueblo Nuevo, en el
estado de Durango –noroeste de México-, los ejidatarios junto con autoridades
estatales y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), se han dado a la tarea de no sólo dar uso
sustentable del arbolado, sino de conservar a especímenes únicos y de especies
que se ubican en alguna categoría de conservación, ello con decretos de áreas
naturales protegidas a nivel estatal.
Sitios
en donde se marcan polígonos a no ser tocados y sólo ser estudiados los árboles
que ahí se preservan y que son de especies endémicas que requieren ser
custodiados como silos de paisajismo y de estudio de las universidades locales.
Estos
bosques son catalogados como de alto valor de conservación y, que están ya
catalogados en las nuevas reglamentaciones de la Federación y a nivel estatal.
Abel
de la Cruz, presidente comunal de El Brillante, explicó que en este ejido se
tienen 9,100 hectáreas de uso forestal de un ejido que mide 9,516 hectáreas que
permiten una producción de 30 mil metros cúbicos de madera de pino y encino. En
este ejido es donde se tiene uno de estos manchones de conservación, con el
área protegida conocida como Quebrada de Santa Bárbara que tiene una extensión
de 65 hectáreas.
Este
sitio de preservación se estableció en 2008 y es un área núcleo que se ha
acrecentado con un cinturón de amortiguamiento de 315 hectáreas que permite que
diversas especies forestales como de fauna se conserven. Ejemplificó que se
tienen especies arbóreas como es el Picea chihuahuano, Abies duranguensis,
Pseudotsuga menziessi, Cupressus Lusitanica, que están en la NOM-059 de
especies en preservación en categoría de flora. Cabe mencionar que la Picea es
única en toda esta zona serrana.
Por
su parte, Armando Delgado, especialista en Manejo Forestal con paisajismo de la
CONAFOR y del PNUD en Durango, indicó que esta labor coadyuva a los estudios de
flora de la Universidad de Durango, y de estudios de gente de Nayarit y Sinaloa
–sus entidades vecinas-, y que han recibido estudiantes de biología de Francia
para apreciar esta región.
En
el caso del ejido La Victoria se tiene un programa de aprovechamiento de 9 mil
hectáreas de bosque, de una extensión de 10,800 hectáreas de este ejido,
extensión de tierra que brinda la posibilidad de cosechar 37 mil metros cúbicos
de madera.
Mientras
que en el ejido Pueblo Nuevo se tienen 240 mil hectáreas de extensión en donde
seis grupos de trabajo de ejidatarios obtienen 120 mil metros cúbicos de
madera, región que se caracteriza por climas y flora muy variable, ya que al
estar en las colindancias de Durango con Nayarit y Sinaloa, la altura del nivel
del mar del que va este ejido es desde los 150 metros a los 2990 pasando del
bosque frio a la selva mediana y que les ha permitido observar desde jaguares
hasta caimanes en estas tierras.
Los
representantes de estos predios ejidales, indicaron que el tener certificados
de buen manejo forestal de la FSC al momento no les ha redituado en ganancias
económicas, sino sólo en facilidades para sus trámites oficiales. Cuestión que
dijeron, esperan cambie y se le de valor a este trabajo de buen manejo del
arbolado.
Explicó
que la nueva reglamentación Enaypros, que habla de conservación de bosques,
nació en el estado de Durango, al ser de las principales entidades forestales
del país, aunado a que es la cuenca que genera el 11% de los escurrimientos de
agua del país y que dotan de este líquido al granero de México, que es el
estado de Sinaloa.
Con
este programa, indicó se trabaja en detectar las zonas a ser más preservadas en
los bosques, el cuidado del agua, ordenamiento de suelos forestales y
preservación de zonas para un día poder ser ANPs forestales.
En
México se estima que son 12 millones de personas dependen directamente de los
bosques y selvas para satisfacer necesidades diarias de alimentos, agua, salud,
productos para comercializar y materiales para construcción. Lo cual, conlleva
a establecer modelos que preserven los arbolados y se haga uso sustentable de
la madera y la biodiversidad.
Cabe
mencionar que estas organizaciones ejidales tienen apoyo logístico como de
investigación de las organizaciones no gubernamentales Política y Legislación
Ambiental (POLEA), el Fondo para la Comunicación y la Educación Ambiental
(FCEA), y de la Unidad de Conservación y Desarrollo Forestal Integral Topia,
S.C.
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