Para diversos sectores es urgente la atención
a temas de seguridad y de una real rehabilitación de los sistemas
penitenciarios. Por ello, en el libro “Cómo poner un alto a la inseguridad en
México”, su autor, Alejandro Desfassiaux, maneja una propuesta de creación de
un Sistema Nacional de Prevención y Reinserción Social, que realmente prepare a
los reos para reintegrarse a la sociedad, transformándolos en ciudadanos
positivos.
En
donde se inserta necesidad de creación de centros penitenciarios sustentables,
donde los internos produzcan sus propios alimentos, fabriquen su ropa y sus
muebles, y realicen trabajos de mantenimiento en las cárceles (electricidad,
plomería, etcétera), o entregar su administración a la iniciativa privada, como
ocurre en Estados Unidos.
“Ni el
gobierno ni los ciudadanos, a través de nuestros impuestos, tenemos que
mantener a este núcleo de la sociedad. Si la inseguridad no mejora, en tres
años necesitaremos tres veces más capacidad carcelaria que la que tenemos
actualmente”, detalló.
Cabe
recordar que ya se tienen trabajos insipientes en seguridad penitenciaría y
medio ambiente que tiene trabajos en una nueva cárcel en Durango como en el
complejo de Islas Marías. En el caso de la Secretaría de Seguridad Pública
federal, sus acciones en sustentabilidad no pasan, más allá de la colocación de
cartelones informativos y de botes para separación de residuos en sus
instalaciones.
En México
los niveles de inseguridad observados durante
2017 y 2018 pueden llevar pronto a la parálisis económica. Muchas inversiones
están detenidas; los gobiernos extranjeros recomiendan a sus ciudadanos no
viajar a nuestro país por el riesgo que existe contra sus personas y
pertenencias; los negocios bajan las cortinas por los crecientes derechos de
piso; las mujeres salen de sus casas con miedo.
Por
ello, es urgente que aunado a las soluciones presupuestales, de atención, de
prevención, atención y castigo del crimen, se tenga una visión sustentable,
pues este sector, el penitenciario no debe considerarse ajeno a lo que la
realidad climática exige a todos los sectores humanos.
En la
publicación de Desfassiaux, se señala que si este modelo –cárcel verde- se
elabora bien, entre seis meses y un año habría grandes avances en la
rehabilitación de los presos; sin embargo, ello depende del deseo y la voluntad
de todas las autoridades involucradas como de los propios presos.
“Ni el
gobierno ni los ciudadanos, a través de nuestros impuestos, tenemos que
mantener a este núcleo de la sociedad. Si la inseguridad no mejora, en tres
años necesitaremos tres veces más capacidad carcelaria que la que tenemos
actualmente”, detalló.
Las Islas Marías se ubican a 112 kilómetros del estado de Nayarit, de las
tres islas sólo la Isla María Madre está habitada. Las otras dos son María
Magdalena y María Cleofas, en 2010 la UNESCO las declaró Reserva de la
Biósfera.
Otra prisión que va avanzando en ser una cárcel
sustentable es el Cefereso 14 que será aperturado en el municipio de Gómez
Palacio en el estado de Durango. Este sitio será de cien hectáreas, localizado
a 30 kilómetros de distancia, hacia el norte del municipio, el cual, contará
con tecnología de punta, autosustentable de sus servicios de energía,
tratamiento de agua y con filtros de alta seguridad.
Si
bien la Secretaría de Seguridad Pública, es de las dependencias del gobierno
mexicano, comprometido a realizar acciones en sustentabilidad como parte del
Programa Especial de Cambio Climático (PECC), son inexistentes sus trabajos,
que no pasan, más allá de la colocación de cartelones informativos y de botes
para separación de residuos en sus instalaciones.
En la
publicación de Desfassiaux, se señala que si este modelo –cárcel verde- se
elabora bien, entre seis meses y un año habría grandes avances en la
rehabilitación de los presos; sin embargo, ello depende del deseo y la voluntad
del Presidente de la República y de todos los gobernadores, presidentes
municipales, senadores y diputados locales y federales, quienes a la fecha han
visto la seguridad pública como una moneda de cambio para satisfacer sus
intereses personales.
En el caso de las Islas Marías, en el pacifico mexicano, antiguamente se
catalogaban como un grave castigo para quienes eran mandados a pagar sus
condenas a este sitio, situación que en documentales antiguos como películas
que denunciaban esta realidad.
Estas islas se ubican a 112 kilómetros del estado
de Nayarit, de las tres islas sólo la Isla María Madre está habitada. Las otras
dos son María Magdalena y María Cleofas, y el islote San Juanito están sin
población humana, en 2010 la UNESCO las declaró Reserva de la Biósfera.
Pero hoy día, esto ha cambiado, ya que en la última
década. Estos cambios se reflejan en que en 2008 la cárcel de Islas Marías
tenía 650 presos, actualmente alberga a 8 mil internos y mil 200 empleados
federales.
Que se ubican en un sitio que cuenta con un sistema
de semilibertad, donde no hay hacinamiento y los reos participan en la
conservación de los recursos naturales dentro de un esquema de reinserción
social.
El complejo penitenciario produce el 75 por ciento
de la proteína y alimentos perecederos que demanda, se capta la lluvia y se
recicla el 95 por ciento del agua utilizada, se han reciclado y confinado los
desechos sólidos acumulados en 105 años y están próximos a generar energía
limpia aprovechando las corrientes marinas, detalla el Sistema Penitenciario
Federal, de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).
Otra prisión que va avanzando en ser una cárcel
sustentable es el Cefereso 14 que será aperturado en el municipio de Gómez
Palacio en el estado de Durango.
Este sitio será de cien hectáreas, localizado a 30
kilómetros de distancia, hacia el norte del municipio, el cual, contará con
tecnología de punta, autosustentable de sus servicios y con filtros de alta
seguridad.
Esta instalación será una fortaleza
autosustentable, con luz de led alimentada con al menos 40 paneles solares y
una planta tratadora para agua sólida y residual.
Contará con un sistema hidráulico para los
sanitarios, el cual consta de un pozo profundo de agua que genera 19 litros por
segundo, una cisterna de agua dura y una de 400 metros cúbicos. Asimismo, una
planta potabilizadora con capacidad de 500 metros cúbicos por día, cisternas
que alimentarán la manzana de servicios, el centro médico y todo el exterior de
la muralla, además de los dormitorios.
Sin olvidar el caso de las reclusas de la prisión
Santa Martha Acatitla, ubicado en el oriente de la Ciudad de México (CDMX), que
si bien dentro de sus instalaciones no se tienen labores ambientales, estas
mujeres si fueron las encargadas de realizar los materiales del proyecto Vía
Verde, que reviste a casi 100 columnas de jardines verticales en el segundo
piso del Periférico que rodea a la capital mexicana. Las internas de Santa
Martha son las encargadas de la confección de la red que sujeta a las miles de
plantas de estos jardines verticales que buscan sanear el aire de la urbe
mexicana.
CIFRAS DE LAS PRISIONES MEXICANAS
- En México, el 65 por ciento de las cárceles
padecen autogobierno, están sobrepobladas y no existe una política
penitenciaria adecuada para enfrentar la problemática, informa el Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).
- Además que México es el sexto país en el mundo en
cuanto a número de población penitenciaria, con más de 260 mil internos, de los
cuales 95 por ciento son hombres y cinco por ciento mujeres.
- En el país existen 425 centros penitenciarios,
según cifras del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y
Readaptación Social, de los cuales 22 son federales y cuatro más se encuentran
en construcción.
- El estado mexicano paga por un preso en una
cárcel estatal es de 150 pesos (7.5 dólares) por día, mientras en las prisiones
que cuentan con inversión privada el costo es de alrededor de 2 mil pesos (100
dólares) por día.
MÉXICO, TERCER MÁS VIOLENTO EN AMÉRICA
El
Índice de la Paz Mundial 2017, que realiza el Instituto para la Economía y la
Paz, marca que México ocupa el tercer sitio dentro de los países menos
pacíficos de América Latina, con una calificación de 2.64, solo debajo de
Venezuela (2.64) y Colombia (2.77%).
A nivel
global, el país menos pacífico es Siria, un país que enfrenta una guerra civil
desde marzo de 2011, con una puntuación de 3.81; seguido de Afganistán (3.56) e
Irak (3.55), naciones que actualmente mantienen una guerra con grupos
terroristas.
En la
Ciudad de México, la Alcaldía más peligrosa es Iztapalapa. Mientras que en todo
el país, las ciudades más inseguras son Mexicali, Ciudad Juárez, Chihuahua,
Tepic y Reynosa, sitios por donde se presenta el trasiego de drogas a Estados
Unidos.
BICICLETAS, ENERGÍA Y LIBERTAD EN SUDAMÉRICA
En una cárcel de Minas Gerais, Brasil, se da un
hecho muy singular, ya que los presos que tienen buena conducta producen
energía renovable y de esta manera podrán reducir sus penas.
Este concepto se basa en el uso de bicicletas que
producen energía. Se proyecta que por cada 16 horas que se pedalean, tanto, se
logra cargar una de las baterías que se encuentran conectadas a la bicicleta y
los presos tendrán un día menos en su condena. La energía que se produce, con
esta batería será la encargada de mantener iluminadas las calles de este
municipio que cuenta con casi 40 mil habitantes.
CARCELES
Y SUSTENTABILIDAD EN EUROPA
En la cárcel de Bastoy, en Noruega, es conocida como la primer
cárcel ecológica del mundo, ya que funciona como una granja autosustentable,
donde los prisioneros cultivan gran parte de su comida, reciclan sus desechos,
reparan paneles solares y cuidan pollos, ovejas, caballos y vacas.
“La experiencia ha
comprobado que castigarlos y mantenerlos encerrados no funciona. Si les
entregas ciertas responsabilidades, se comprometen a ser mejores. Les enseñamos
sobre ecología, porque creemos que eso puede hacer una diferencia en sus
actitudes”, explicó Arne Nilsen, director de la cárcel.
La prisión, inaugurada en 2007, cuenta con 115 reclusos de alta
peligrosidad. La práctica ha sido muy buena. La reincidencia en Europa llega a
niveles de hasta el 75%, y en los países nórdicos alcanza un 30%. Nosotros sólo
un 16%.
En el mundo ya existen otras cárceles verdes, como es la Federal
Correction Institution de Nueva Jersey, Estados Unidos que tiene más de 1.800
paneles solares; la cárcel central de Tihar, en India cuenta con plantas de
biogás, la correccional de Lo Wu, en Hong Kong que maneja techos verdes, reciclaje
de desechos sanitarios, energías renovables y paneles solares, la cárcel de
Rimutaka, en Nueva Zelandia, está edificada con containers reciclados de barcos
de carga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario