El
escritor Héctor Zagal, acaba de dar a conocer su más reciente novela El
inquisidor, en donde se muestra el actuar del
Tribunal del Santo Oficio que en la Nueva España provocaba tal terror en la
población que muy pocos se atrevían a pronunciar su nombre en voz alta ante el
riesgo de que alguien lo malinterpretara y procediera a una denuncia que, por
lo general, iba acompañada de los más aberrantes castigos y el escarnio social.
El
Inquisidor, es una novela publicada por editorial Planeta; el autor de esta
publicación indica que es una novel basada en la ficción histórica por las
libertades que se permite para lograr una trama redonda, en donde retrata con
gran detalle el estilo de vida de la sociedad colonial, donde el poder de la
religión llegaba incluso a superar al de las autoridades civiles.
En
entrevista con este autor, explica que algunos de los casos de condenas y
juicios citados fueron hechos veridicos en donde cambio nombres, pero erán
aconteceres de la epoca. Detallando que busca hablar de la Inquisición desde su
adentro como por fuera; analizando lo contradicotorio de lo religioso que
cuidada la buena moral de la población, con lo malevolo que podía ser un organo
eclesiatico como fue el tribunal de la Inquisición.
También
comentó que tenia la inquietud de describir la maravilla arquitectonica que era
la Ciudad de México hace más de dos siglos, con sus palacios, su comercio y una
urbe que superaba ya desde aquellos años el tamaño de Páris, Londres,
Amsterdam, etc.
En las
páginas de este libro detalla el lujo y la vida de placeres que caracterizaba a
los miembros de la clase alta del país que se contrastaba con el trato que
recibían los menos favorecidos en la escala social, quienes, sin embargo,
tenían la ventaja de que en muy pocas ocasiones recibían la minuciosa vigilancia
de la Inquisición, como sí ocurría con los españoles peninsulares y los
criollos.
Bajo este
contexto se desarrolla la historia de cuatro jóvenes con vidas de privilegios,
que de manera inesperada y debido a una conspiración urdida por quien menos se
esperan se ven tocados por una serie de crímenes y envueltos en la persecución implacable de
Fray Joaquín de Salazar, El Inquisidor, y la arriesgada defensa del jesuita
Xavier Goñi, cuya formación religiosa lo coloca en permanente confrontación con
el titular del Tribunal del Santo Oficio, ambos protagonistas de la novela que
chocan en sus pensamientos, en su liberalismo, en su estilo de entender los
textos religiosos, etc.
“Habla
usted como un descreído. El demonio existe y camina entre nosotros. ¿Quiere
usted verse cara a cara con el Tribunal del Santo Oficio? ¿Eso es lo que le
enseñan en la Compañía de Jesús, a desafiar a la Inquisición?”, le espeta De
Salazar a Goñi en uno de sus frecuentes desencuentros.
Señala que
los dos protagonistas son el choque de la visión de un sacerdote liberal con
pensamientos modernos; pero en el caso del inquisidor cautiva el detallar a un
hombre que, estima, en la vida real, debió estar lleno de dudas sobre torturar
y matar a personas, cuando en los mandamientos se especifica: no matarás. Dijo
que si bien no existe un diario de algún inquisidor en México, existen muchos
textos del devenir de los juicios, que le sirvieron para darse una idea de como
pudo ser esa realidad.
“Fue muy
importante el entender y generar la libertad literaria sobre el autoengaño que
pudo pasar en la mente de los inquisidores al aplicar penas”, indicó.
Héctor
Zagal, es doctor
en filosofía por la Universidad de Navarra, España. Ha escrito otros libros
como son: Los ensayos Dos aproximaciones estéticas a la identidad nacional (en
coautoría con Luis Xavier López, 1998) y Gula y cultura (2005); las novelas La
venganza de Sor Juana (2006), La cena del Bicentenario (2011), Gente como uno
(2012), Imperio (2013) y La ciudad de los secretos (2014); y los textos de
filosofía Felicidad, placer y virtud. La buena vida según Aristóteles (2013) y
Amistad y felicidad en Aristóteles. ¿Por qué necesitamos amigos? (2014).
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