Para muchas personas los murciélagos tienen mala reputación debido
a su apariencia, porque son animales nocturnos, asociados al contagio de
enfermedades, sin embargo algunas especies contribuyen al proceso de
polinización, a suprimir plagas de insectos y a la dispersión de semillas,
motivo por el cual el Instituto
Politécnico Nacional (IPN) desarrolla una investigación para evaluar las
necesidades ecológicas y de conservación de la especie magueyero menor (Leptonycteris yerbabuenae).
La científica
del Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo
Integral Regional (CIIDIR), Unidad Durango, Verónica Zamora Gutiérrez, señaló que solo tres especies de murciélagos, de los 138 diferentes que habitan
nuestro país, se alimentan de la sangre de animales que viven en granjas. “El
resto de los murciélagos son nuestros aliados, ya que nosotros nos beneficiamos
de su existencia”, subrayó.
Indicó que mediante el proyecto “Rastreando Murciélagos por la Conservación:
Estudio Colaborativo sobre el Comportamiento de Forrajeo de los Murciélagos Nectarívoros”,
se analizan los movimientos de estos animales migratorios, los cuales
aportan datos valiosos para mejorar la capacidad de conservación en programas
de investigación existentes que se centran en la misma especie.
Zamora Gutiérrez, quien tiene más de 10 años en el
estudio de esta especie, expuso que se establecieron lazos de colaboración con
la investigadora Winifred Frick, de la Universidad de California, EEUU, quien
también trabaja en la ecología y conservación de murciélagos.
La científica refirió que los murciélagos migratorios
que se alimentan de néctar, son vulnerables al cambio climático que afecta la
disponibilidad de recursos florales estacionales.
En la actualidad poco se sabe sobre los movimientos
migratorios estacionales y los comportamientos de alimentación de la especie L. yerbabuenae, animal migratorio que se
nutre principalmente de néctar, forma grandes agregaciones (decenas a cientos
de miles) en cuevas y minas. Migra desde el centro de México hasta el suroeste
de los Estados Unidos durante la floración de agave y cactus columnares en la
primavera y verano.
La especialista, quien es
miembro de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Conservación de los
Murciélagos (Relcom), externó que el cambio climático, la
deforestación y los pesticidas han afectado el hábitat de los murciélagos. “En
una publicación concluimos que el 50 por ciento de las especies en México
tienen una amenaza severa en combinación con el cambio climático y uso de
suelo”, detalló.
Resaltó que la
actividad de la minería es otro problema muy grande para salvaguardar los
murciélagos, porque en los lugares donde se lleva a cabo esta actividad (cuevas
y cavernas) muchas especies se reproducen e invernan.
El municipio de Techaluta de Montenegro, Jalisco y la
comunidad de Cacachilas, Baja California Sur, son las dos zonas de estudio de
la científica politécnica y la investigadora estadounidense, respectivamente.
Durante un año se enfocarán a capturar 24 murciélagos machos (12 murciélagos en
cada sitio), a los cuales se les instalarán transmisores GPS Lotek Pinpoint,
para registrar sus movimientos detallados en la búsqueda de alimento.
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