En el mundo hay casi cuatro mil
millones 570 mil usuarios de Internet, lo que significa que casi 60 por ciento
de la población global está conectado a la red, una herramienta tecnológica que
hizo que la vida no volviera a ser igual, aseguró Gustavo Lins Ribeiro,
investigador del Departamento de Estudios Culturales de la Unidad Lerma de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ubicada en el Estado de México
(Edomex).
En una conferencia conmemorativa de los 50 años del
nacimiento de Internet, advirtió sobre los peligros que conlleva el empleo desmesurado
de las pantallas y el ciberespacio que, entre otras cosas, genera aislamiento y
rechazo a la diversidad y la calle.
La tecnología ha sido desde siempre una de las mayores
fuerzas del desarrollo de la especie, pero fue sobre todo en la Revolución
Industrial cuando la civilización europea se rindió a las máquinas, haciendo
que “estemos completamente subordinados a Internet, por lo que en poco tiempo
las personas no podrán imaginar cómo era el mundo antes” de este recurso.
Los últimos 20 años han sido dominados por el capitalismo
electrónico informático, incluso por encima de grandes compañías, entre ellas
General Electric, que llegó a ser la más poderosa en la década de 1970,
mientras que Google, Facebook o Amazon en mucho menos tiempo se consolidaron
como las más fuertes del orbe.
Manchester, Gran Bretaña, dejó de ser el modelo a seguir,
dejando la estafeta a Silicon Valley como el lugar de origen de los modelos de
aplicación e imitación, puntualizó el académico.
En estas compañías, cerca de 91% de sus ingresos proviene
de la publicidad y no de un orden estadístico, como se consideraba hasta hace
poco “y si todavía hay quien cree que Google ofrece servicios gratuitos está
equivocado”.
Los usuarios de Facebook son también trabajadores no
asalariados de esta red social, ya que con cada like y comentario crean
algoritmos generadores de bases de información útil para las empresas
publicitarias, que con ello diseñan productos y campañas aceptadas y
compartidas masivamente.
El investigador del Área de información y Sistemas
Computacionales de dicha sede universitaria señaló que entre las principales
consecuencias sociales y políticas está el aumento desmesurado de la soledad,
el internet genera la sensación de estar juntos al estar conectados, pero se
pierde la oportunidad de interactuar con otra persona.
Somos animales dependientes de la interacción con
nuestros semejantes, pero al ser adictos a las pantallas y a la segregación de
endorfina que causan nos volvemos narcisistas, pues las personas persiguen
likes buscando ser vistas para sentirse aceptadas y un poco menos solas,
haciendo del fenómeno de las publicaciones una especie de droga nueva.
El mayor riesgo de todo ello está en la pérdida de
diversidad, pues mucho del avance de la humanidad se debe a ésta y a la
diferencia, por lo tanto la polarización política que se vive en América Latina
también se relaciona no sólo con el ascenso de la derecha, sino con la apatía
social generada por las “burbujas narcisistas” y al deseo de solo ver y ser
partícipe de asuntos agradables.
Sin embargo, también hay experiencias sociales
interesantes dentro de la red, incluida la construcción de comunidades y
tecnologías libres o plataformas de código abierto, en las que no importa quién
lo haya inventado, sino que sea útil y esté al servicio de la sociedad.
Para concluir el doctor Lins Rivero dijo que es
importante no restarle fuerza a las formas análogas como la lectura en libros
de papel, ya que estudios de neurociencia demuestran que la lectura digital
permite al lector comprender la estructura del texto, pero sólo la lectura en
papel le permite conservar detalles.
Además de que promover la investigación y la lectura a
profundidad permitirá darle la vuelta a la inmediatez de la información, que
aleja y resta importancia a los expertos para dar paso a los opinólogos, pues
de seguir así, no sólo la academia se verá reducida, sino también las
universidades y todo el conocimiento como hasta ahora se conoce.

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