Especialistas vaticinan
consecuencias graves por no considerar el impacto del insomnio en la
productividad de los mexicanos de cara al regreso a la nueva normalidad, e
hicieron hincapié para atender de inmediato los síntomas psicológicos en
adultos laboralmente activos que a consecuencia de la pandemia presentan tasas
muy altas de insomnio, estrés agudo, ansiedad y depresión.
La
pandemia ha creado una serie de nuevos desafíos incluso para personas que
anteriormente no tenían problemas para dormir. La pérdida de empleo y las finanzas
son de las principales causas que influyen significativamente en el desajuste
del ritmo circadiano. Un sueño saludable es particularmente importante en estos
momentos de crisis en donde la humanidad está lidiando con incertidumbre hacia
el futuro.
De
acuerdo con el reporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en solo
dos meses (marzo y abrir) se ha perdido 3.3% del empleo formal que existía en
el país antes del inicio de la pandemia de coronavirus y el 18.8 % de los
mexicanos a reportado consecuencias por no dormir adecuadamente: errores,
descenso productividad y aumento accidentes laborales.
Los
mecanismos ante la nueva normalidad se irán restaurando de forma paulatina, lo
cual implica que muchos colectivos profesionales están retomando su actividad
laboral en condiciones diferentes a las habituales y en cuyo caso se deben
tomar las siguientes consideraciones:
Ausentismo:
Persona que duerme mal falta 5 días al año al trabajo
Productividad:
13% menos trabajo efectivo
Puntualidad:
12% de las personas que llegan tarde al trabajo se debe al insomnio
La
carga mental está determinada por la cantidad y el tipo de información que debe
tratarse en un puesto de trabajo.
En
ese sentido, el Dr. Carlos Vélez Dávila, Especialista en Medicina de Salud en
el Trabajo y Ambiental, Máster en Prevención de Riesgos Laborales, comentó que,
“los seres humanos pasamos 1/3 de nuestra vida en el trabajo, hay que tener en
cuenta que las condiciones de trabajo pueden haber cambiado sustancialmente con
un incremento notable de la carga de trabajo, nuevas pautas de relación social
y nuevos procedimientos de trabajo”.
Además,
fue incisivo en que todas estas circunstancias requieren poner el foco en el
manejo de los factores de riesgo psicosocial.
Por
su parte, Priscila Herrera, gerente de producto en Armstrong Laboratorios de México,
indicó que el miedo nos ha llevado al límite, ocasionando desde altibajos
emocionales, hasta padecimientos como el insomnio que no nos permiten funcionar
adecuadamente.
Los
factores de la cuarentena que influyen más, para tener insomnio son: disminución
de la actividad física, disminución de la exposición a la luz solar, miedo y
preocupación. Una hora menos de sueño implica: dificultad para tomar
decisiones, repetición de ordenes y dificultad para concentrarse, así lo señaló
la Dra. Alejandra Solís, Psiquiatra con Alta Especialidad en Medicina del
Sueño.
Asimismo,
la somnóloga reiteró los motivos principales por los cuales necesitamos dormir
y sugirió tenerlos más presentes que nunca:
Conservación
de la energía
Consolidación
de la memoria
Activación
inmunológica
Restauración
de la actividad cerebral
Regulación
del metabolismo
Al
respecto, el Dr. Vélez, recomienda implementar una metodología laboral para
poder afrontar los factores de riesgo psicosocial, que incluya, una planeación
profunda, una ejecución responsable y medición y seguimiento del desempeño, que
permita tanto al empleado como a las empresas acortar la brecha de accidentes y
deterioro de la salud.
Lo
que podrían estar viviendo las personas económicamente activas en este momento
derivado de no dormir bien:
Daños
en la salud física y mental
Problemas
de pareja
Deterioro
de las relaciones familiares
Inadaptación
a la relación con el entorno
Consecuencias
para su empresa o entorno laboral
Consecuencias
generales para la seguridad social

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