José Arosa, CEO de la empresa del ramo energético AES
México (de capital estadounidense), detalló que junto con Cementos de México
(Cemex) y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), han
conseguido con éxito la reintroducción de 19 bisontes americanos en la Reserva
Natural “El Carmen”, en Coahuila.
El
Carmen es un área privada transfronteriza de conservación que contiene cinco
diferentes ecosistemas que son hábitat de una diversidad de plantas, aves,
mamíferos, reptiles y anfibios en sus más de 140,000 hectáreas. Es una de las
cinco áreas silvestres más grandes del mundo y dentro de sus principales
objetivos está la recuperación de la fauna nativa.
El
directivo empresarial comentó que “en AES nos interesa apoyar proyectos que
tengan el objetivo de preservar la biodiversidad de México y concientizar a la
población sobre su importancia. Como parte de nuestro compromiso con el país,
continuaremos sumando esfuerzos para detonar estas iniciativas de
conservación”.
En
el mundo habitan más de 108 mil especies conocidas, según datos del Fondo
Mundial para la Naturaleza (WWF), de estás en México están presente el 6.5%
mundial.
Gracias a las políticas de responsabilidad social de
estas empresas, dicha especie logró regresar a un hábitat en donde había
desaparecido hacía más de un siglo y que ahora está bajo la supervisión de
expertos en biodiversidad del FMCN.
Recordó
que hace unos 200 años se tenía una población estimada de 30 millones de
bisontes en las praderas de Estados Unidos y México, sin embargo, los sistemas
agrícolas y la caza indiscriminada, provocaron que la especie desapareciera de
su hábitat natural.
En
México, datos de la UNAM indican que una de cada 4 especies de la biodiversidad
nacional puede extinguirse por causa del hombre en 30 años; y que en la última
década aumentaron en 27.7% las especies en peligro de extinción en el
territorio.
En
nuestro país, este tema es preocupante y requiere se atienda dicho de forma
inmediata, ya que se estima en 2 mil 300 las especies y subespecies que se
hayan en las diversas categorías de riesgo de extinción, de acuerdo a la Norma
Oficial Mexicana 059, que cataloga a especies en peligro. En lo que va de este
siglo, en México se han extinguido 11 especies de peces, 7 de mamíferos, 19 de
aves y 4 de plantas.
El
rescate de los bisontes es un proyecto que comenzó en 2009, cuando el FMCN
reintrodujo a una manada de bisontes en la reserva natural de Janos, Chihuahua,
que consiguió reproducirse de forma exitosa, por ello, se eligieron a 19
individuos que fueron relocalizados en Coahuila, aunado a que para el 2021 se
llevarán otros nueve individuos.
El
bisonte al ser un animal paraguas, que permite el regreso de otras especies,
como es un aguililla del desierto. Además que siendo animales pesados y
nómadas, ayuda a oxigenar los suelos y recobren su viabilidad ecosistémica.
“Pese a tener más de 100 años sin presencia en
el desierto de Coahuila, los especímenes muestran memoria y se han adaptado
rápidamente a su nuevo hábitat”, dijo.
El
plan de reintroducción del bisonte americano en la Reserva Natural “El Carmen”
fue puesto en marcha en abril de 2019 y continuará durante los próximos dos
años.
Rancho
El Uno (18,500 hectáreas), fue donada a FMCN por The Nature Conservancy en el
2018 con el mandato de asegurar la conservación de su capital natural a
perpetuidad.
En
2009, en colaboración con una alianza binacional para reintroducir especies
nativas icónicas a México, 23 ejemplares de bisontes fueron transferidos del
Wind Cave National Park, Dakota del Sur, Estados Unidos, al Rancho El Uno.
El
objetivo de la reintroducción del bisonte a sus pastizales nativos fue
restaurar su papel ecológico en la zona y reestablecer los ciclos naturales del
ecosistema degradado por décadas debido al manejo inadecuado. La reintroducción
de este símbolo cultural e histórico ha sido motivo de orgullo para los
habitantes de la región.
La naturaleza está en crisis y la ONU informó que un
millón de especies animales y vegetales a nivel global están en peligro de
extinción y los ecosistemas naturales se han reducido en promedio en un 47%. Sólo
en América Latina, cuatro especies ya han desaparecido completamente en
los últimos 15 años.
En
otro tema, el directivo empresarial habló que sus otras labores de
responsabilidad corporativa son reforestaciones, campañas de ahorro del agua, fomento
a la energía renovable en planteles escolares y fomento a un campo tecnificado
en San Luís Potosí y Tamaulipas, donde la empresa tiene instalaciones.
“Ser
socialmente responsables no es una opción, es una obligación. Tenemos que ser
buenos vecinos y apoyar a las comunidades donde se ubican nuestras plantas”,
dijo.
Aceptó
que “el coronavirus (Covid-19) es un factor que frenará la aplicación de
iniciativas de responsabilidad, pero no las detendrá por siempre. Nadie está
preparado para contingencias en salud o ambiental, en nuestro caso buscamos
apoyar a los sectores médicos con donaciones de insumos a la Cruz Roja”,
enfatizó.
Quién es el bisonte americano
El bisonte americano es el mamífero terrestre más grande del
continente y estuvo presente en las planicies de Canadá, Estados Unidos y
México. En México, habitaba en los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila,
Nuevo León y Durango, sin embargo, fue extirpado en la segunda mitad del siglo
XIX.
Carta de La
Tierra, instrumento a favor de las empresas
Mateo Castillo
Ceja, representante de la Carta de la Tierra, organismo de escala global,
declaró que en el contexto actual, de graves problemas ambientales y económicos
derivados de la pandemia del Covid-19 nos coloca muy cerca de una catástrofe financiera,
económica, ambiental, política y social de escala global insospechada, y es
imprescindible contar con un marco ético, sólido y vigoroso para afrontar la
crisis.
Por ello, en
México se debe fortalecer la Red Nacional para la Carta de la Tierra, que en
las últimas dos décadas ha determinado que, al menos, mil instituciones y
organizaciones empresariales (ejemplos: Grupo Delta, CAT, Gatorade, Nestlé
México, Grupo Xcaret y PetStar), educativas, de los tres órdenes de gobierno, y
de la sociedad civil, hayan adoptado esta declaración universal como un
instrumento educativo y ético para tomar decisiones a favor de la
biodiversidad.