Después de una inundación, la
situación que enfrenta una familia afectada por ésta, va más allá de la pérdida
de sus muebles, a veces tiene que reconstruir por completo su casa. De acuerdo
con el reporte publicado por el Consejo de Defensa
de los Recursos Natuales (NRDC por sus siglas en inglés), el pasado 25
de julio, más de 30 mil hogares que están cubiertos por el NFIP (Programa
Nacional de Seguros por Inundaciones, por sus siglas en inglés) en los Estados
Unidos, han sufrido un promedio de 5 severas pérdidas repetitivas por
inundaciones.
Entre 1978 y
2015, se han pagado 5.5 billones de dólares por concepto de reparaciones y
reconstrucciones. Las pérdidas también las sufren las arcas del NFIP, quien
además se ve rebasado para atender de manera oportuna a todos los afectados y
actualmente enfrenta un déficit por 25 billones de dólares.
Este programa tiene como finalidad prestar el
servicio de seguro por inundaciones a bajo costo a 5.1 millones de propiedades
en más de 22 mil comunidades a lo largo de los 50 estados del país.
Aunado a lo anterior, el Congreso aún no define si
el Programa Nacional de Seguros por Inundaciones se reautoriza, lo que deja en
un alto grado de vulnerabilidad a más de 30 mil propiedades que anualmente son
afectadas por este fenómeno climático.
Desde el año 2000, el NFIP ha gastado 46.6 billones
en reparaciones de propiedades que cuentan con una póliza de seguros, y la
Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA por sus siglas en inglés), ha
otorgado 804 millones de dólares para la compra de propiedades propensas a
inundaciones a dueños en la disposición de vender, a través del Programa de
Fondos para la Mitigación, que es la mayor fuente de financiamiento para este
propósito. Es decir, por cada 100 dólares gastados en reconstrucciones, apenas 1.72
dólares han sido invertidos en ayudar a la población a mudarse a un terreno más
elevado y seguro.
El NRDC, publicó el reporte “Buscando una Tierra
más Alta”, en el que presenta alternativas para una mejor gestión de los
recursos del NFIP y el beneficio de la población afectada.
Varias comunidades en Estados Unidos han vivido
repetidamente eventos de inundaciones causados por lluvias y/o el aumento en el
nivel del mar. Esto en relación de gastos de reparación e inversión en pólizas
de seguros, a largo tiempo representa pérdidas económicas tanto para los
propietarios de las casas que sufren estos daños, como para las arcas del país.
Las propiedades protegidas bajo este esquema de
seguros, tienen un valor promedio de 109,882
dólares, sin embargo, cada vez que sufren daños por inundaciones, los gastos
oscilan entre los 133,923 dólares y pueden llegar hasta los 200 mil. Los dueños
muchas veces no logran reconstruirlas y se ven obligados a rentar otro lugar
dónde vivir.
Las familias que tienen un nivel de ingreso bajos,
son las más afectadas por este tipo de fenómenos. En el análisis que se hizo
por NRDC, solamente 1 de cada 5 casas de las 30 mil afectadas repetitivamente,
han recibido alguna forma de asistencia financiera federal para reducir los
riesgos de daños por inundación. Es decir, solamente 6 mil propiedades son
atendidas.
Asimismo, se encontró que de aquellos que
recibieron apoyo, solamente 2, 601 propietarios pudieron vender sus propiedades
y mudarse a una zona segura con mayor elevación; mientras que 2,092 propiedades
fueron demolidas sin recibir ningún tipo de apoyo. Esto demuestra la gravedad
del asunto, ya que son más los daños y propiedades que necesitan asistencia,
que los números de atención a las mismas.
Ante esta situación, muchos de los propietarios,
tanto como NRDC, coinciden en que antes de comprar una propiedad que más
adelante puede inundarse, es necesario poder saber el historial de inundaciones
de la comunidad. Esto permitirá a los futuros propietarios tomar decisiones de
una manera informada.
Ese sería un recurso muy útil que en este momento
se encuentra con una gran limitación, el recorte de 190 millones de dólares
anuales destinados a mapeos para la detección de zonas de riesgo. Si bien ya se
cuenta con información histórica que reporta estos fenómenos, sin los fondos
necesarios para detectar las zonas de riesgo, en un futuro quizá algunas no
vuelvan a ser reportadas como vulnerables.
Una propuesta para poder tener a la población
segura, es ofrecer una garantía de compra-venta de una propiedad que ha sido
dañada reiteradamente a aquellos propietarios que tengan asegurada su casa.
Esto siempre y cuando la propiedad haya sido severamente dañada por desastres
de inundación. La Comunidad o el Estado serían los encargados de realizar esta
compra utilizando fondos que provengan de la FEMA. Asimismo, una vez que se
realice la transacción, el espacio deberá convertirse en un espacio abierto y
no se podrá volver a construir sobre el mismo, ello de acuerdo a una investigación
de Karen Janett Carranza J.
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