El suelo de conservación de la zona lacustre de Xochimilco
–catalogada como Patrimonio de la Humanidad, UNESCO- ha pasado por distintos
procesos de transformación turística y urbana a lo largo de la historia, señaló
la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN) subrayó que en
Alejandra Pérez Galicia.
La
especialista al dictar una conferencia en la Unidad Azcapotzalco de la
Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la Ciudad de México (CDMX), sostuvo
que uno de los sitios ecosistémicos más destacados de la Ciudad de México se
encuentra en esa zona, hogar de varias especies de flora y fauna, que se
destaca por su importante captura de carbono y de agua de lluvia y que además
contribuye en gran medida a que esta urbe sea una de las regiones más ricas del
planeta en biodiversidad.
La
Maestra en Ciencias Ambientales de la Sustentabilidad relató que durante el Porfiriato
–a inicios del siglo XX-, debido a la cercanía con la forma de vida europea, inició
un proceso de turismo periférico. La búsqueda de zonas verdes cercanas a las metrópolis
hizo que el gobierno fijara la mirada en los barrios de Xochimilco como
atractivo para las clases acomodadas de la ciudad y visitantes extranjeros.
Durante
el periodo revolucionario la recreación en la zona sufrió una crisis, pero una
vez concluida esa etapa fueron los propios pobladores quienes solicitaron se
reanudara la actividad turística en la zona y se abrieran los embarcaderos como
el Salitre, en 1921.
Refirió
que a mediados del siglo XIX se empezaron a generar problemas con respecto de
la comunicación entre la Ciudad de México y esa área, pues el Canal Nacional se
secó y los manantiales y demás canales comenzaron a bajar su nivel de agua, lo
que provocó que se rellenaran con aguas contaminadas.
Sin
embargo, dijo, incluso el cine mexicano, con películas como María Candelaria
–años 50s-, le dio mayor auge al turismo en la región, al retratar la belleza
de sus lagos, trajineras y tradiciones.
Pero,
la intervención del gobierno en el desarrollo turístico de Xochimilco, a través
del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y su respaldo a la inversión
privada en la zona, empezó a generar conflictos con la población.
Subrayó
que en años recientes se ha pretendido construir una serie de megaproyectos (carreteras
como el Arco Sur, espacios turísticos y centros comerciales), pero muchos de ellos
han sido obstaculizados por los mismos moradores.
Otro
suceso significativo que sufre el sitio, indicó, es el crecimiento de la mancha
urbana vinculado al aumento de la población. Existe una etapa en donde el
número de habitantes siguió creciendo, pero el territorio urbano quedó igual,
lo que significó la construcción desmedida de multifamiliares en la zona.
Además
que hoy en día el tema del turismo es controversial para la población que vive
en Xochimilco: los agricultores lo ven como una actividad positiva pues dependen
de los visitantes para vender los artículos que ellos producen, en tanto los
representantes de pueblos y barrios originarios lo consideran negativo por la
transformación que genera en sus usos y costumbres.
Como
resultado de esta realidad es que existen cambios sustanciales en el uso del
suelo de la región, pues al interior de los canales están establecidos restaurantes,
tiendas, espacios para eventos o el Club Campestre Monte Sur, que se construyó
en lo que fue una zona agrícola.
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