Las
organizaciones Greenpeace, El Poder del
Consumidor y el Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo,
ubicadas en México, lanzaron un llamado urgente a las autoridades a prevenir y
atender el grave problema de contaminación del aire que impera en el país y que
viola el derecho a salud de millones de mexicanos cobrando la vida de 17 mil
personas cada año, mil 680 de estas muertes correspondientes a menores de 5 años.
Los impactos a la salud de la
contaminación del aire van desde muerte prematura, sobrepeso y obesiinfarto
cerebral, enfermedades cardíacas, varios tipos de cáncer, siendo el del pulmón
el de mayor prevalencia y enfermedades respiratorias agudas o crónicas, asma,
enfermedad pulmonar obstructiva, sobrepeso y obesidad; hasta efectos menos
graves pero más comunes como malestares respiratorios, dolor de cabeza, mareo,
irritación e inflamación de ojos.
“Las afectaciones a la
población por calidad del aire representan una de las presiones más
considerables que mantiene en el colapso el sistema de salud pública. Urge la
acción de los tres niveles de gobierno para atender la crisis de calidad del
aire que persiste desde hace décadas en varias ciudades del país y con ello
garantizar la cobertura sanitaria de la población. Se debe actualizar el marco
normativo y obligar a que los sectores más contaminantes reduzcan sus emisiones
para garantizar el derecho de la población a un ambiente sano”, declaró Stephan
Brodziak, coordinador de la campaña de calidad del aire y seguridad vehicular
de El Poder del Consumidor.
A su vez, Clara Vadillo
Quesada, Gerente de política pública y seguridad vial del Instituto de
Políticas para el Transporte y el Desarrollo, indicó que “la ciudadanía
requiere de sistemas de transporte limpios y calles saludables, donde niñas y
niños tengan la oportunidad de disfrutar del espacio público y activarse, sin
correr el riesgo de sufrir consecuencias permanentes en su salud. La calidad
del aire es una fundamental para ello. Exigimos contar con opciones de
transporte sustentable y eficientes para aumentar la calidad de vida a las
personas, y permitirles ejercer su derecho a un medio ambiente sano”.
Es por ello que es urgente
atacar el problema de la contaminación del aire desde el origen modificando los
sistemas de movilidad de tal manera que den prioridad al transporte público,
principalmente eléctrico, al transporte activo (como lo son el uso de la
bicicleta y caminar) a fin de disminuir
las emisiones generadas por el transporte que actualmente son la principal
causa de contaminación del aire.
Asimismo, es imperante
actualizar y expandir las normas de salud ambiental para que se armonicen con
los límites de protección a la salud establecidos por la Organización Mundial
de la Salud (OMS), para incluir a sectores no regulados adecuadamente y obligar
a que los sectores más contaminantes como el transporte (Plan Integral de
Movilidad) y la industria, acaten límites que protejan la salud y buscar
alternativas para operar, así como obligar a las ciudades a fortalecer sus
Programas para mejorar la calidad del aire (Proaires).
“De acuerdo al recién
presentado Informe Nacional sobre Calidad del Aire 2017, vemos con alerta
que existen dos graves deudas con la
población en esta materia: por un lado el acceso a la información ya que no se
cuenta con datos suficientes sobre qué estamos respirando para poder desarrollar planes efectivos de
mitigación de contaminación.; la otra gran deuda, la mejora en la calidad del aire que
respiramos día a día, ya que los datos que ofrece este reporte revelan
porcentajes muy bajos de cumplimiento de los límites máximos permitidos de presencia
de contaminantes establecidos en las normas oficiales”, apuntó Pablo Ramírez, responsable de los
temas de calidad del aire del proyecto de Revolución Urbana de Greenpeace
México.
Los datos del informe incluye
20 sistemas de monitoreo de calidad del aire (SMCA) en 18 estados del país que
incluyen 177 estaciones de monitoreo en 71 ciudades y zonas metropolitanas.
Para el caso del monitoreo del
ozono, de 177 solo 102 estaciones presentaron información válida y de éstas,
solo 8 cumplieron con la norma; para las partículas suspendidas menores a los
10 micrómetros (PM10), de 87 estaciones
que presentaron información válida, solo 8 cumplieron con la norma; respecto a
las partículas menores a los 2.5 micrómetros (PM2.5) De 48 estaciones que
presentaron información válida, solo 1 cumplió con la norma.
Visto por ciudades, de 71 en
las que se midió ozono, solo Mexicali, Purísima del Rincón y San Juan del Río
cumplieron con la NOM; de las 56 ciudades en las que se midió PM10 solo
Saltillo, Tula de Allende y Tulancingo cumplieron con la NOM y de las 20 que
aportaron datos válidos para PM2.5 ninguna cumplió con la NOM.
Además, se dejaron fuera del
monitoreo 14 estados (3) que no aportaron información, es decir, no solo se
está violando el derecho a la salud y a un medio ambiente sano, sino también el
derecho al acceso a la información.
Bajo estas condiciones resulta
imposible garantizar salud a los mexicanos. La misma OMS ha señalado que la contaminación del aire es considerada
la amenaza ambiental más grande que enfrenta la humanidad y para 2050, la
contaminación del aire se convertirá en la primer causa de mortalidad, por
encima de la falta de acceso a agua potable y saneamiento, según proyecciones
de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD, por sus
siglas en inglés).
En México, el artículo 4 de la
Constitución reconoce que “toda persona tiene derecho a la protección de la
salud” y el aire contaminado que respiramos en las ciudades afecta este
derecho, La contaminación del aire es un problema que se ha extendido en todo el
país, debido principalmente al modelo de movilidad que se ha impuesto en las
ciudades.
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