Carlos Fuentevilla Finny, Oficial de Pesca de la FAO a nivel global, indicó en entrevista con este reportero que debe realizarse un trabajo
amplió para tanto conservar las reservas naturales marinas y se permita la
pesca sustentable sin afectar los empleos de los pescadores a pequeña escala.
Declaró que “si se puede lograr. Lo
importante es que los pescadores participen activa y efectivamente en el
proceso de desarrollo de las reservas naturales y que se tomen medidas de
mitigación en los sitios en donde se permita atrapar peces. Sin embargo, son
los mismos pescadores, quienes harán la diferencia entre una reserva exitosa y
una reserva de papel –que ni protege el ecosistema, daña el empleo y alimentación
de las personas-”.
Explicó que la pesca sostenible surge de un
trabajo participativo entre todos los actores del sector, ya que se debe de
mejorar la captura de datos para entender el estado de las poblaciones de peces
y, de ahí aplicar un enfoque ecosistémico en su captura. “Tenemos que encontrar
un balance entre la sostenibilidad biológica, el desarrollo social y económico.
Cuando logramos impulsar estos tres elementos, tenemos una pesquería sostenible”.
Habló que en la FAO se trabaja con todas las
naciones de América Latina (región que aporta el 44% de la pesca global), para
aplicar las directrices que impulsan la sostenibilidad de la pesca en pequeña
escala en el contexto de la seguridad alimentaria y la erradicación de la
pobreza. Se labora en áreas como es la capacitación organizacional, desarrollo
de procesos participativos y cogestión, la investigación compartida, y la
aplicación del enfoque ecosistémico marino.
Cabe mencionar que el organismo Fideicomisos
Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA)
informó que sólo uno de cada 5 kilogramos de pesca es sustentable en el mundo.
En el caso de México por cada 10 kg de pesca legal existen otros 6 kg ilegales.
Este organismo añade que el 33% de la pesca
mundial es insostenible y el sector pesquero a nivel internacional tiene un
valor de 362 mil millones de dólares.
El especialista lamentó que la contaminación
de plásticos, aguas negras, químicos, desechos urbanos, ponen en grave peligro
la sostenibilidad de la biodiversidad marina.
Mencionó que todos los países deben de
cumplir con las obligaciones internacionales establecidas en acuerdos
vinculantes sobre pesca y preservación marina. “Sin embargo, el tema de
sanciones internacionales por violación a estos acuerdos sigue siendo un tema
sensible a nivel global y no hay claridad en el tema”; por ende, cada nación tiene
que aplicar penalidades a quienes exploten de forma irracional sus propias
aguas.
Detalló que todas las pesquerías pueden ser
gestionadas de forma sostenible. En la actualidad, el 66% de las pesquerías
evaluadas por la FAO están siendo aprovechadas en un nivel biológicamente
sostenible. Añadió que en Latinoamérica la pesca sustentable poco a poco va
creciendo y ya se pueden contabilizar algunas pesquerías certificadas.
El investigador en
Ciencias Marinas de la Universidad de Miami, ejemplificó
que México es el 16vo productor de pescado mundial y “el principal reto de la
pesca es continuar trabajando para la sostenibilidad al mismo tiempo que el
consumo de pescado por persona crezca para consumo de más proteínas en personas
vulnerables. Es muy importante que los
consumidores mexicanos exijan productos marinos sostenibles”.
En México, se estima
que son 238 mil personas dedicadas a la pesca y se tienen contabilizadas 3,138
cooperativas pesqueras en 29 estados, informó la FAO.
Por su parte, José
Luis Carrillo, presidente de la Confederación
Mexicana de Cooperativas Pesqueras, dijo a este reportero que algunas políticas
públicas mexicanas en el sector han fracasado provocando que la gente actúe ilegalmente
como sucede con especies como es la totoaba o el pepino de mar.
Indicó que las áreas protegidas marinas no
tienen un enfoque claro al 100%, debido a que no por sólo decretar “no tocar”,
significa que las especies se recuperarán al 100%, ejemplo de ello es la
extinción de la vaquita marina. Pero el hacer estos decretos sin consensar es
lo criticable. “Estas áreas deben tener un plan de manejo y abrir el diálogo de
su aprovechamiento sustentable, aspectos que no ha sido posible por la cerrazón
de la Secretaría de Medio Ambiente federal (Semarnat)”.
Puntualizó que la pesca ilegal pone en riesgo a especies marinas que están en la NOM
059, y si bien, “el 80% de los pesqueros ya hacemos las cosas bien, desde
empresarios a cooperativas, tenemos la visión de aprovechar racionalmente los
mares y junto con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), buscamos
una mejor propuesta en el rubro de sustentabilidad marina y pesquera”.
Se estima que en el mundo 59.6 millones de personas trabajan en la pesca
en su sector primario y 19.4 millones en las empresas de acuacultura.
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