Los primeros hallazgos de la expedición de la organización internacional Oceana que realizó en los arrecifes de Bajos del Norte, ubicado a 250 kilómetros de la costa de Yucatán, arroja que aun cuando hay un ecosistema saludable, existe evidencia de graves amenazas como la presencia del pez león, una especie invasora que puede acabar con poblaciones enteras; y un alto índice de enfermedad y mortalidad en corales que no se habían registrado en una visita previa en 2019.
Esta
organización realizó una expedición científica a uno de los arrecifes más
importantes del Golfo de México, que ha sido poco estudiado debido a la
distancia en que se encuentra. En el
lugar recabó la evidencia necesaria sobre las especies que ahí habitan y la
salud general de los arrecifes; lo anterior para impulsar los cambios
necesarios que aseguren el futuro de este sitio que no cuenta con una figura
legal que le proteja.
Diez
científicos especializados en distintas disciplinas y líderes en su campo de
investigación utilizaron tecnología de punta para realizar monitoreos de
corales, moluscos, crustáceos, equinodermos, otros invertebrados y peces. Esta
investigación permitirá documentar la riqueza que aquí se resguarda, aportar
información que poco se ha recabado en la zona, e identificar las amenazas
existentes.
“Encontramos
paisajes marinos extraordinarios, llenos de vida, confirmando el gran valor que
tiene esta zona. La presencia de peces juveniles indica que este arrecife es un
lugar vital para el desarrollo de las especies, es decir, necesitan de las
condiciones de este sitio para crecer y migrar, o crecer y cumplir su ciclo de
vida alimentando a otras especies”, señaló Mariana Reyna, líder de la
expedición.
Detalló
que se visitaron siete sitios cubriendo un área de 700 m2 (100 m2 por sitio) y
se capturaron 29,352 fotografías para tener mapas 3D de los corales, una
tecnología usada por primera vez en México, y que permite tener una réplica del
fondo del arrecife con imágenes e información tan precisa que se puede seguir
analizando fuera del agua.
La
científica de océanos y pesquerías de Oceana en México, Mariana Reyna, explicó
que también se tomaron muestras de ADN ambiental en ocho sitios distintos. Esta
metodología permitirá identificar a todas las especies de peces óseos e
invertebrados que han interactuado con estas aguas en algún momento. También se
realizó un censo de peces para documentar la lista de especies que aquí
habitan.
De
acuerdo con los resultados de esta primera etapa de la expedición Proyecto
Alacranes, muchos de los corales de tipo cerebro y los de tipo flor (Eusmilia
fastigiata) de todos los sitios de muestreo se encontraron muertos o con
lesiones muy avanzadas. Diversas colonias de los corales de la especie
Montastrea cavernosa también presentan lesiones y mortalidad. Además, algunas
colonias de coral presentan enfermedades como banda amarilla, manchas negras y
distintos niveles de blanqueamiento. En una visita previa en 2019 no se observó
este fenómeno en Bajos del Norte, y para los científicos es alarmante que en
dos años se hayan deteriorado de esta forma.
“Puede
tratarse de la enfermedad por pérdida de tejido de coral pétreo (Stony coral
tissue loss disease, SCTLD), la cual no ha sido reportada previamente en estos
arrecifes. Sin embargo, el origen e impacto de estas enfermedades, se
determinará en los siguientes meses”, dijo Mariana Reyna. Agregó que en el agua
se registraron temperaturas entre los 29 y 30° C constantemente, y se requiere
un análisis temporal para saber qué tan anómalas son y si esto podría estar
afectando a la biodiversidad.
Otro
hallazgo relevante es la presencia del pez león, considerada una especie
invasora que se alimenta de especies pequeñas y no tiene un depredador. En esta
expedición se le encontró en casi todos los sitios visitados, lo que resulta
alarmante debido al impacto nocivo que tiene en el equilibrio de los ecosistemas
y a que pone en riesgo a poblaciones enteras.
“Logramos
hacer ciencia que nunca se ha hecho en esta zona. Queremos que las personas y
las autoridades estén al tanto de lo que ocurre en Bajos del Norte para que en
el futuro se tomen acciones para proteger este hábitat” agregó Miguel Rivas,
director de campañas de Hábitats “Debemos, enfocar nuestros esfuerzos para
preservar esta riqueza y no debemos esperar a que el daño esté hecho y la zona
devastada para actuar”.
Los
arrecifes de coral cubren menos del 1% del océano y son hogar de alrededor del
25% de todas las especies marinas conocidas hasta ahora. Son fundamentales para
la reproducción de especies y las corrientes marinas, y también son una barrera que protege a la
población costera de tormentas y huracanes.
Según
los primeros análisis, el resto de la comunidad arrecifal se encuentra en buen
estado, llena de vida y abundancia. Sin embargo, los científicos señalaron que
sigue siendo un área vulnerable, porque al escasear la pesca en las zonas ya
explotadas, los pescadores se ven obligados a ir más lejos y aquí hay poca
vigilancia para estas actividades.
Proyecto
Alacranes contó con el apoyo de Blancpain, que tiene un legado de exploración y
protección de los océanos desde hace 70 años.
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