Ryan Zinke, Secretario
del Interior en Estados Unidos, como se anunció desde abril del año pasado,
hace unos días presentó un plan para explotaciones petroleras y de gas en los
mares Ártico, Atlántico y Pacífico, que rodean a los Estados Unidos, y la
ampliación de operaciones en el Golfo de México.
Esto dará paso a la explotación del 90% de las
aguas federales marinas, mismas que se encontraban protegidas bajo a Ley de
Tierras fuera de la Plataforma Continental, a la que se hizo una modificación
en las últimas semanas de la administración de Obama.
Tales cambios establecieron la prohibición para la
extracción de petróleo hasta el año 2022. Con el nuevo plan presentado el 4 de
enero, se cumple el decreto recientemente anunciado en la reforma fiscal de Donald
Trump en el que se planteó que la explotación de zonas marítimas en el Ártico
serían abiertas, debido a la probable extracción de 13 billones de barriles de
petróleo.
Además de los riesgos económicos a los que se podrá
enfrentar la población que depende del turismo y la pesca en las zonas de
playa, un total de 88 parques nacionales costeros quedarán a merced de una de
las industrias más contaminantes y devastadoras en materia ambiental y
ecosistémica.
Tan solo 46 de los 88 parques nacionales que serán
afectados por el plan presentado por Ryan Zinke, son el soporte de más de 45
mil empleos y generan más de 3.7 billones de dólares en derrama económica,
además de albergar sitios históricos como los Monumentos Nacionales Fort Summer
y Cabrillo, así como el Parque Histórico Nacional Ballenero New Bedford.
En una investigación de Karen Janett Carranza
Jiménez/LatInformation, se detalla que estos sitios dependen en gran parte del
turismo de naturaleza y de la pesca, mismos que al ser intervenidos para
explotación petrolera, afectarían de manera importante arrecifes, plancton,
peces y ballenas, al contaminar las aguas oceánicas.
Se detalla que vulnerar estos ecosistemas pone en
riesgo a casi el 50% de especies que habitan en el planeta, sin contar que los
océanos también contribuyen de manera importante en la captura de carbono que
permite regular el calentamiento global.
Al respecto, Nick Lund, Senior Manager de Programas de Conservación de Asociación de Conservación de Parques Nacionales, dijo que “en adición a su propuesta para perforaciones submarinas, la administración ha señalado su deseo de debilitar las medidas de seguridad surgidas después de la explosión y derrame petrolero de Deepwater Horizon. Tales salvaguardas son cruciales y medidas de sentido común para prevenir futuras devastaciones económicas y ambientales. No debemos olvidar los errores pasados”.
Al respecto, Nick Lund, Senior Manager de Programas de Conservación de Asociación de Conservación de Parques Nacionales, dijo que “en adición a su propuesta para perforaciones submarinas, la administración ha señalado su deseo de debilitar las medidas de seguridad surgidas después de la explosión y derrame petrolero de Deepwater Horizon. Tales salvaguardas son cruciales y medidas de sentido común para prevenir futuras devastaciones económicas y ambientales. No debemos olvidar los errores pasados”.
Cabe recordar que el derrame petrolero de
BP-Deepwater Horizon en el 2010 contaminó más de mil millas costeras en el
Golfo de México y tuvo consecuencias de pérdidas económicas que ascendieron a
952.9 millones de dólares para la industria pesquera, mientras que para el
sector turístico se reportaron pérdidas de 6.05 billones.
Al menos 122 municipios entre Florida y New Jersey
podrían verse afectados por las prácticas de extracción petrolera y de gas en
los océanos que además de contaminar las aguas por los derrames que ocurren a
consecuencia de estas actividades, podrían sufrir de inundaciones más
frecuentes debido a la crecida en el nivel del mar derivada de las
explotaciones submarinas.
Por su parte, Rhea Suh, Presidenta del Consejo de
Defensa de Recursos Naturales (NRDC por sus siglas en inglés) ha dicho que “la
aproximación retrógrada de la administración antepone las ganancias generadas
por el petróleo y gas - y dejará a nuestras comunidades costeras y todo
lo que ellas apoyan en riesgo del siguiente desastre del tipo de BP. No
sacrificaremos nuestra vida marina, nuestro hábitat marino y economías locales
debido al ‘Gran Juego Contaminador de Trump’. Apoyaremos a líderes visionarios,
dueños de negocios y familias que viven de la pesca en cada costa para proteger
nuestros océanos y playas.”
Poner a merced de las petroleras y gaseras las
zonas costeras va contra la voluntad del 60% de la población estadounidense que
apoya la protección de las aguas públicas. La extracción de petróleo en aguas
submarinas como las Chukchi conlleva un 75% más de riesgo de derrames.