El mundo debe incrementar de
manera drástica y urgente sus objetivos para reducir aproximadamente otra
cuarta parte las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero previstas
para 2030 y tener alguna posibilidad de minimizar el cambo climático, señaló
hoy ONU Ambiente dar a conocer su informe anual sobre la disparidad en las
emisiones.
Este Informe publicado en la
entrada en vigor del Acuerdo de París, se reveló que se prevé que las emisiones
alcancen en 2030 entre 54 y 56 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente,
muy por encima del nivel de 42 necesario para poder limitar el calentamiento
global a 2 °C en este siglo.
Una gigatonelada equivale
aproximadamente a las emisiones generadas por todo el transporte de la Unión
Europea (incluido el aéreo) durante un año.
Los científicos coinciden en
que limitar el calentamiento global a menos de 2 °C en este siglo (en
comparación con los niveles preindustriales) reducirá la probabilidad de que se
registren tormentas más intensas, sequías más prolongadas, el aumento del nivel
del mar y otros efectos climáticos. Incluso si se alcanzara el objetivo
inferior de 1.5 °C, dichos efectos disminuirían, pero no llegarían a
eliminarse.
Las emisiones previstas para
2030, aun en el caso de que se implementen plenamente los compromisos de París,
abocarán al mundo a un aumento de las temperaturas de entre 2.9 y 3.4 grados
durante este siglo. Esperar unos años más antes de incrementar el nivel de
ambición probablemente equivaldrá a perder la oportunidad de cumplir la meta de
1.5 °C, a acrecentar el dominio de la tecnología con elevadas emisiones de
carbono y a aumentar el coste de una posterior transición mundial a emisiones
más bajas.
Erik Solheim, Director
Ejecutivo de ONU Ambiente, declaró que “estamos avanzando en
la dirección correcta: el Acuerdo de París ralentizará el cambio climático,
como lo hará la reciente Enmienda adoptada en Kigali para reducir los
hidrofluorocarburos (HFC). Ambos muestran un compromiso firme, pero siguen sin
ser suficientes si pretendemos tener la posibilidad de evitar un grave cambio
climático.
Añadió que “si no empezamos a tomar
medidas adicionales hoy mismo, comenzando por la próxima reunión sobre el clima
que se celebrará en Marrakech, habremos de lamentar una tragedia humana que es
evitable. El creciente número de refugiados climáticos afectados por el hambre,
la pobreza, la enfermedad y el conflicto constituirá un constante recordatorio
de nuestro fracaso. La ciencia nos indica que debemos avanzar mucho más rápido”.
La necesidad de adoptar medidas
urgentes se ha visto reforzada por el hecho de que 2015 fue el año más caluroso
desde que empezaron a recopilarse datos climáticos. La tendencia continúa, y
los seis primeros meses de 2016 han sido los más calurosos jamás
registrados. Sin embargo, declara el informe, las emisiones siguen
aumentando.
La Enmienda de Kigali al
Protocolo de Montreal auspiciado por ONU Ambiente, aprobada el mes pasado,
aspira a reducir el uso de los HFC. Los primeros estudios indican que la
enmienda podría reducir la temperatura otros 0.5 grados si se implementara
plenamente, aunque las emisiones no empezarían a reducirse a un ritmo
significativo hasta 2025.
Asimismo, aunque en conjunto
los miembros del G20 se encuentran en vías de cumplir los compromisos
climáticos asumidos en Cancún para 2020, dichos compromisos no son suficientes
de cara a crear un punto de partida lo bastante ambicioso como para alcanzar el
objetivo relativo a la temperatura previsto en el Acuerdo de París.
No obstante, el Informe
sobre la disparidad en las emisiones presenta una evaluación de las
tecnologías y oportunidades dirigida a identificar las nuevas reducciones
requeridas, en especial a través de los actores no gubernamentales, la
aceleración de la eficiencia energética y la interacción con los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS).
La eficiencia energética es
otra esfera donde la inversión podría aportar mayores beneficios. Las
inversiones en eficiencia energética aumentaron en un 6%, alcanzando los
221.000 millones de dólares de los Estados Unidos en 2015, lo que indica que ya
se están tomando medidas.
Los estudios muestran que,
para una inversión de entre 20 y 100 dólares de los Estados Unidos por tonelada
de dióxido de carbono, los potenciales de reducción de las emisiones asociados a
la eficiencia energética (en gigatoneladas) de aquí a 2030 son de 5.9 para el
sector de la construcción, 4.1 para el sector industrial y 2.1 para el sector
del transporte.
Un informe reciente publicado
por la Coalición de 1 Gigatonelada muestra que los proyectos sobre energía
renovable y eficiencia energética implementados en los países en desarrollo
entre 2005 y 2015 reducirán en casi media gigatonelada las emisiones de aquí a
2020, incluidas las medidas emprendidas por los países que no se han adherido
formalmente a los compromisos de Cancún.
Por último, la acción
climática está interrelacionada con los ODS. Los primeros efectos del cambio
climático pueden socavar nuestra capacidad de cumplir los objetivos para 2030,
y el incumplimiento de los objetivos de la acción climática tendrá
consecuencias aún mayores con vistas a mantener el progreso del desarrollo más
allá de 2030.
Implementar con éxito el
Acuerdo de París y la agenda de los ODS dependerá de la capacidad de los
gobiernos nacionales para desarrollar metas nacionales que favorezcan las
oportunidades comunes al tiempo que se aprovechan de ellas.
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