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jueves, 21 de junio de 2018

Vulneran transgénicos la seguridad alimentaria


Los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o   transgénicos, como se les conoce coloquialmente, son la punta de lanza de un modelo destructor que vulnera la seguridad alimentaria y pone en riesgo la soberanía nacional, por lo que la comunidad científica debe seguir pugnando por su prohibición, señaló la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), María Elena Álvarez-Buylla Roces, Premio Nacional de Ciencias 2017 en México.
Indicó que la agricultura industrial y la revolución verde fueron las encargadas de apropiarse de las semillas para establecer negocios mundiales, poniendo en jaque a los campesinos quienes las han visto privatizar y han estado sometidos al endeudamiento y a la masiva contaminación de sus parcelas, señaló la también miembro de la Junta Directiva de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de la Ciudad de México (CDMX).
Dijo que urge cambiar el dogma central y determinista con el que se sigue estudiando la vida, al sostener que los genes aislados determinan proteínas y, por ende, los rasgos visibles de los seres vivos y que actúan de manera independiente al medio ambiente, lo cual es falso.
En contraste, el paradigma del genoma dinámico y fluido descubrió una nueva forma de apareamiento de las bases nitrogenadas que en conjunto dan lugar a la doble hélice del Ácido desoxirribonucleico (ADN), por lo que no se trata de una secuencia determinista y estática, sino que permanentemente influyen en él, tanto el contexto ambiental, como el sociocultural.

Detalló que la industria ha creído que puede diseñar y controlar las modificaciones del ADN sin tomar en cuenta las interacciones socioeconómicas y los peligros que conlleva la modificación de organismos vivos, apuntó la cofundadora del Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM.
Informó que la ciencia mercantil, de la mano de la industria y en contubernio con algunos gobiernos, pretende mercantilizar y convencer a la población sobre la legalización e introducción del maíz transgénico, argumentando terminar con el hambre y haber diseñado células capaces de soportar insecticidas y herbicidas como el famoso faena, compuesto de glifosato y declarado “probablemente cancerígeno para los seres humanos” por la Organización Mundial de la Salud.
Álvarez-Buylla Roces desmintió tres falsas promesas de los transgénicos, la primera señala una equivalencia entre los organismos naturales y los genéticamente modificados (OGM), cuando estos últimos alteran de manera sistémica las relaciones metabólicas, generando alteraciones por dos metabolitos llamados cadaverina y putrecina contenidos en sus células y en el maíz transgénico, y que son de gran peligrosidad.
La segunda es que los OGM son controlables, sin embargo se ha demostrado que en regiones donde han sido liberados siguen causando estragos aun 10 años después, llegando a contaminar hasta 60 por ciento de los acervos de maíz que no deberían contenerlos.
En México el riesgo es aún mayor pues se emplea la polinización abierta y cada mazorca recibe polen de decenas de mazorcas a cientos de metros de distancia que fungen como machos.
El tercer engaño es que el maíz transgénico es inocuo, cuando en realidad es rociado de manera masiva con agrotóxicos como el glifosato, el cual además es un disrruptor hormonal que destruye el microbioma de los seres vivos.
La académica instó al gobierno a proteger las 59 razas con miles de variedades que hoy en día han generado una diversidad maravillosa de maíces, gracias al mejoramiento autóctono de muchas comunidades.
Detalló que
“Consumimos entre 300 y 500 gramos diariamente de maíz”, concederlo a empresas privadas sería contribuir con el acaparamiento de tierras y seguir fomentando el uso excesivo de fertilizantes que además producen gases de efecto invernadero de mayor potencia como el óxido nitroso” agregó.

domingo, 5 de noviembre de 2017

Food Evolution abre el diálogo hacia la seguridad alimentaria

Para analizar la postura científica en torno a los alimentos transgénicos, se lanzó el documental “Food Evolution”, que se presentó recientemente en la Ciudad de México.
En la cinta que llega a México gracias al interés de la International Society For Biosafety Research (ISBR), busca poner en la mesa las posturas polarizadas que se enfrentan cuando se habla de los alimentos genéticamente modificados, una controversia que ha sido notablemente influenciada por el desconocimiento de la evolución de los cultivos a lo largo del tiempo.
“Food Evolution” está narrada por el reconocido científico Neil deGrasse Tyson, mientras que la dirección corre a cargo de Scott Hamilton Kennedy –nominado al Oscar por el documental The Garden--.

El cineasta ha acompañado la presentación del documental en nuestro país, con la intención de generar un diálogo acerca de la ciencia, la innovación y el desarrollo de los transgénicos como elementos clave de la seguridad alimentaria alrededor del mundo.
La narrativa del documental pone de manifiesto la poca claridad generalizada en torno a la ingeniería genética y trata de acercar testimonios científicos a la sociedad con la finalidad de aportar una visión más informada sobre cuál es la función y los procesos que implican los transgénicos –como la posibilidad de aumentar la producción de alimentos sin ampliar la frontera agrícola y generar cultivos más resistentes a los enemigos medioambientales, por ejemplo–.
En México, el tema resulta relevante, pues, desde el año 2013, no se ha solucionado la posibilidad de sembrar maíz genéticamente modificado, en buena parte debido a la ignorancia que sobre el tema existe en nuestro país.


martes, 11 de julio de 2017

OCDE y FAO prevén precios bajos de los alimentos para la siguiente década

Según la última edición del informe Perspectivas Agrícolas para los próximos 10 años publicado por la OCDE y la FAO, se espera que los precios mundiales de los productos básicos alimentarios se mantengan en niveles bajos durante el próximo decenio en comparación con los máximos de años anteriores debido al menor crecimiento de la demanda previsto para varias economías emergentes y al menor impacto de las políticas en materia de biocombustibles sobre los mercados.
El informe OCDE-FAO Perspectivas Agrícolas 2017-2026 afirma que la reposición de 230 millones de toneladas métricas a las existencias de cereales completada durante el último decenio y las abundantes reservas de casi todos los demás productos básicos también deberían contribuir a limitar el crecimiento de los precios mundiales, que prácticamente ya han recuperado sus niveles anteriores a la crisis de los precios de los alimentos de 2007-2008.
El informe prevé que la demanda per cápita de alimentos básicos se mantenga estable, salvo en los países menos adelantados. Se cree que el consumo adicional de calorías y proteínas durante el período al que se refiere el informe se obtendrá principalmente del aceite vegetal, el azúcar y los productos lácteos. En lo que respecta a la carne, no se espera que aparezcan fuentes de demanda nuevas que mantengan el impulso generado anteriormente por China, y esto conllevaría un menor crecimiento de la demanda de este producto.
Para 2026, se calcula que la disponibilidad media de calorías alcanzará las 2 450 kcal por persona/día en los países menos adelantados y superará las 3 000 kcal en otros países en desarrollo. Pese a ello, la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas continuarán siendo un problema mundial que requerirá un enfoque internacional coordinado, según indica el informe.
Se espera que el aumento futuro de la producción agrícola se base principalmente en la mejora de los rendimientos: está previsto que el 90% del crecimiento de la producción de maíz responda al incremento del rendimiento, y solo el 10% se deberá a la ampliación de la superficie.
En cambio, el crecimiento de la producción cárnica y láctea se apoyará previsiblemente tanto en el incremento del número de cabezas en los rebaños como en el aumento de la producción por animal. Se espera una aceleración del aumento de la producción de leche en comparación con el decenio anterior, en especial en India y Pakistán. Según las previsiones, la expansión del sector pesquero se debería principalmente a la acuicultura, y la producción de peces cultivados será la fuente de proteína de más rápido crecimiento de todos los productos básicos de las Perspectivas Agrícolas.
Se espera que el crecimiento del comercio agrícola y pesquero se frene hasta más o menos la mitad de la tasa de crecimiento del decenio anterior, con una media inferior al 2% anual en términos de volumen para la mayoría de los productos básicos. Sin embargo, parece que el comercio agrícola continuará mostrándose más resiliente ante las desaceleraciones económicas que el comercio de otros sectores.
En casi todos los productos básicos, las exportaciones seguirán concentrándose en unos pocos países proveedores, lo que puede incrementar la susceptibilidad de los mercados mundiales ante las perturbaciones de la oferta.
 “Se espera que los precios reales de la mayoría de los productos básicos agrícolas y pesqueros desciendan ligeramente durante el decenio al que se refieren las Perspectivas Agrícolas”, afirmó Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, durante el acto de presentación en París.
Indicó que “en el pasado hemos visto que los acontecimientos imprevistos pueden alejar fácilmente a los mercados de estas tendencias centrales, por lo que los gobiernos deben continuar colaborando para proporcionar estabilidad a los mercados mundiales de alimentos. También es importante mirar hacia el futuro e intentar superar el desafío fundamental al que se enfrentan la alimentación y la agricultura mundiales: garantizar el acceso seguro a alimentos inocuos, saludables y nutritivos para una población mundial cada vez mayor, haciendo un uso más sostenible de los recursos naturales para contribuir de forma eficaz a la mitigación del cambio climático.”
 Otras observaciones del informe son:
 Los grandes grupos de ingresos bajos harán que el crecimiento de la demanda per cápita de carne del próximo decenio sea del 1% solamente, frente al incremento del 6% del decenio anterior.
Se espera que la demanda per cápita de azúcar aumente con más rapidez, en un 8,1% durante el próximo decenio, frente al crecimiento del 5,6% del decenio anterior.
Está previsto que India sea el país más poblado en 2026. Teniendo en cuenta sus altos (y crecientes) niveles de consumo per cápita de leche, se calcula que el país representará el 42% del aumento de la producción mundial de leche durante el próximo decenio.
Está previsto que la producción de biocombustibles aumente un 17% durante el próximo decenio, frente al incremento del 90% del decenio anterior.
Se calcula que el 85% del aumento de la producción de trigo y el 90% del aumento de la producción de maíz serán consecuencia de mejoras del rendimiento, y la expansión de la zona cultivada solo representará el 2% del aumento. En cambio, en el caso de la soya, está previsto que aumente la zona de cultivo en un 14%, en especial en América del Sur, lo que representará aproximadamente el 60% del incremento de la producción global.
Se espera que, para 2026, el pescado aporte la mitad de la proteína animal consumida en China y en el sudeste asiático.

Está previsto que la producción total de pescado procedente de la acuicultura supere la producción por pesca de captura a mitad del período al que se refiere el informe.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Casi un 50% de los alimentos en México son importados

En el entorno internacional, la producción de granos vive una época de precios bajos. 2016 es el quinto año consecutivo en que han caído los precios del maíz, arroz, trigo y soya. Este fenómeno, unido al hecho de que los sectores más exitosos en la producción de agroalimentos en México no son los granos, ha provocado que en la actualidad, 48 por ciento de los alimentos que se consumen en el país sean importados.
Ello fue informado por Luis Fernando Haro Encinas, presidente de la asociación civil México Calidad Suprema y representante del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), quien declaró que “el sector agroalimentario mexicano está creciendo, pero existen algunas deformaciones”.
Cabe mencionar que en el cuarto trimestre de 2016, el sector agroalimentario registró un crecimiento acumulado anual de 6.6 por ciento mientras que el crecimiento acumulado anual de la economía mexicana fue de 2.4 por ciento.
El país es el exportador número uno de alimentos a Estados Unidos, pero también importa 30 por ciento del maíz que consume, 85 por ciento del arroz, 95 por ciento de la soya y 30 por ciento de la leche en polvo, detalló el integrante del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Por su parte, el investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Cassio Luiselli Fernández, dijo que “la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) tiene índices de seguridad alimentaria que son elaborados en base a distintas variables. México no aparece tan mal en algunos de ellos porque, en promedio, cada mexicano tiene una disponibilidad de 3 mil 145 kilocalorías por día, lo cual es superior al promedio recomendado por la FAO que es de 2 mil 362 kilocalorías por día. Sin embargo, todos sabemos que el promedio en México es engañoso, pues al menos 5 por ciento de la población no tiene acceso a los nutrimentos mínimos”.

Finalmente, Jesús Moncada de la Fuente, actual director del Colegio de Posgraduados de Chapingo, Estado de México y quien fuera el director fundador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), dijo que en la actualidad el sector agroalimentario de México está integrado por 4 millones de unidades de producción, la mayoría de las cuales son pequeños ganaderos o campesinos con parcelas chicas.  

miércoles, 3 de agosto de 2016

Amenaza Cambio climático la seguridad alimentaria de América Latina

El impacto del cambio climático en América Latina y el Caribe será considerable por su dependencia económica respecto de la agricultura, la baja capacidad adaptativa de su población y la ubicación geográfica de algunos de sus países, señala un nuevo estudio de FAO, CEPAL y ALADI.
Este estudiofue presentado en la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, como un insumo clave para incorporar la gestión del cambio climático en el Plan para la Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la CELAC 2015.
Según las tres agencias, el sector agrícola es la actividad económica más afectada por el cambio climático, algo fundamental si se considera que aporta el 5% del PIB, el 23% de las exportaciones regionales y emplea al 16% de la población ocupada.
Antonio Prado, Secretario Ejecutivo Adjunto de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), declaró que "con un cambio estructural en sus patrones de producción y consumo, y un gran impulso ambiental, América Latina y el Caribe puede alcanzar el segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible, que plantea poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible".
Según Prado, el Plan de Seguridad Alimentaria de la CELAC y el nuevo foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible serán dos pilares fundamentales para este proceso.
El informe de las tres agencias destaca que el cambio climático afectará el rendimiento de cultivos, impactará las economías locales y comprometerá la seguridad alimentaria en el Noreste de Brasil, en parte de la región andina y en Centroamérica.
"Los países cuyos sectores agrícolas sufrirán los mayores impactos (Bolivia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Paraguay) ya enfrentan desafíos importantes en términos de su seguridad alimentaria.
Algunos países de la región, así como la CELAC, ya han dado pasos importantes en el diseño de planes de adaptación al cambio climático para el sector agropecuario, pero el desafío aún es grande. Solo en términos de recursos financieros, sin tomar en cuenta los cambios necesarios de política, se requerirá en torno al 0,02% del PIB regional anual.
aradójicamente, aunque la región genera una menor contribución al cambio climático en términos de sus emisiones de gases de efecto invernadero en comparación a otras, es especialmente vulnerable a sus efectos negativos.
El nuevo informe proyecta desplazamientos —en altitud y latitud— de las zonas óptimas para el cultivo de especies relevantes como café, caña de azúcar, papa y maíz, entre otras.

A nivel nacional, estos impactos pueden afectar seriamente la seguridad alimentaria: según el informe, en Bolivia los cambios de temperatura y precipitación causarían una reducción media del 20% de los ingresos rurales.
El informe destaca que el cambio climático aumentará tanto la sequía como la lluvia excesiva.
Por un lado, generará una disminución de la disponibilidad de agua para la producción de alimentos y otros usos en las zonas semiáridas y los Andes tropicales, fruto del retroceso de glaciares, la reducción de la precipitación y el aumento de la evapotranspiración en las zonas semiáridas.
Esto ya está afectando a los países del corredor seco centroamericano, donde unos 3,5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria y 1,6 millones viven en inseguridad alimentaria moderada o grave en los países más afectados: El Salvador, Guatemala y Honduras.
Por otro lado, se estima que las precipitaciones intensas se incrementarán aproximadamente un 7% por cada grado Celsius de aumento de la temperatura, con consecuencias negativas para la agricultura, como agravamiento de la erosión, incremento de la escorrentía con pérdida de agua disponible e incluso daños a los propios cultivos.
Los cambios en la distribución de las lluvias a lo largo del año pueden poner en peligro la producción de la milpa (agroecosistema con cultivos simultáneos de maíz, frijol y calabaza), que constituye la base de la alimentación en las zonas rurales de Mesoamérica.