lunes, 13 de enero de 2014

México: hambre, pobreza e insustentabilidad

El último estudio multidimensional del Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en México no deja duda alguna: cerca de 53 millones de habitantes, de los 117 millones que existen, padecen algún grado de pobreza y de éstos, 11.5 millones sufren pobreza extrema y se van a dormir cada noche sin saber si al día siguiente tendrán algo que comer.
Sin embargo, México, de acuerdo a Francisco Gurría Treviño, coordinador general de Ganadería, de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa), en la actualidad produce más alimentos que en cualquier otra época que se tenga contabilizada.
Esta situación vuelve contradictoria la política de asistencia de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol). Su titular, Rosario Robles, indica que los programas de sexenios pasados no lograron paliar el hambre y pobreza que se concentran, sobre todo, en Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Puebla, como se hace ahora.
A lo anterior se suman los problemas ambientales que repercuten en la producción de alimentos, como la sequía en el norte del país y lluvias en el sur-sureste donde se tienen las mejores tierras de cultivo, pero donde, según el Banco Mundial (BM), la pobreza y falta de infraestructura es evidente.
Por tal razón, urge que la Federación haga que el campo sea productivo y sustentables, elementos incluidos en el Pacto por México, que busca que los más de 650 cultivos que se realizan puedan aprovecharse de forma adecuada.
Problemas como atraso, falta de infraestructura y nulas inversiones agropecuarias provocan que en México 25% de los productos tropicales se desperdicien y echen a perder durante su distribución, situación que Gurría dijo que es urgente cambiar.
La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) señala que si México quiere ser una nación con desarrollo social y ambiental, acordes a un crecimiento verde en el futuro cercano, debe equilibrar los objetivos económicos, sociales y ambientales, ya que el país ha tendido a privilegiar el uso de subsidios indirectos para ayudar a los más pobres, como son precios más bajos a la energía y agua, en lugar de hacer transferencias sociales directas.
Este enfoque no siempre ha sido efectivo para alcanzar los objetivos de política pública, por consiguiente, hay un margen considerable que requiere equilibrar esas acciones oficiales que permitan establecer un crecimiento verde.
De acuerdo al director general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Francisco Barnés Regueiro: “una economía verde no es sólo cosa del gobierno, sino de todos los actores sociales”, declaración cierta, ya que este tema es de injerencia de todos los mexicanos, pero que, como autoridad ambiental, se deslinda de este objetivo, ya que la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) ha hecho de lado dicha meta.
Temática ambiental muy ligada al desarrollo social y combate a la pobreza, ya que un ejidatario o campesino que no pueda vivir del bosque y hacer uso sustentable de la tierra con sistemas agrícolas verdes, seguirá devastando los ecosistemas.
Sobre el tema del hambre en México, Carlos Cortés Ruiz, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Xochimilco, dijo que este problema no es sólo consecuencia de la escasez de alimentos, sino resultado de la desigualdad redistributiva existente en el país.
El informe del Coneval, publicado en noviembre de 2012, indica que 22 millones de mexicanos, que representan 19.4 por ciento de la población total de México, disponen de un ingreso insuficiente para tener una alimentación adecuada, lo que significa que dos de cada diez mexicanos padecen hambre.
Explica que una de las soluciones es establecer una “estrategia redistributiva que incluya aspectos económicos”, expresó Cortés Ruiz, y sugirió reconsiderar el monto del gasto público destinado a combatir el hambre en nuestro país, ya que los recursos asignados a esta causa corresponden a los presupuestos de 2012.
Mencionó que, en cuanto a la producción de alimentos “deben considerarse aspectos, como infraestructura y financiamientos que cubran las regiones más pobres y aisladas del país”.

MÉXICO INCUMPLE DERECHO HUMANO A LA ALIMENTACIÓN
La Organización de la Naciones Unidas (ONU) declara que el derecho a la alimentación es una garantía humana fundamental y señala que toda persona debe alimentarse con dignidad, mediante la producción de alimentos o a través de su compra. Derecho humano que México tiene inscrito en la Constitución desde octubre de 2011 y que, en la realidad, no se cumple.
Para el Comité de Derechos Humanos, Sociales y Culturales (CESR) de la ONU, el acceso a la alimentación está relacionado con el ingreso, y en extensión, con la pobreza. En este escenario, México muestra un retroceso, en comparación con otras naciones latinoamericanas, ya que el mismo reporte del Coneval mostró que el número de pobres pasó de 48.8 millones a 53 millones, en un sólo dos años.

MÉXICO DE LOS PEORES EN POBREZA Y DESIGUALDAD DE OCDE
Según la OCDE, México es la segunda nación más desigual de sus integrantes, sólo atrás de Chile. En nuestro país, el ingreso anual promedio del 10% más rico de los mexicanos en 2010 era 27 veces superior que el del 27% más pobre, que tuvo ingresos, en promedio, de 7 mil 800 pesos, de forma similar a lo que sucede en Brasil, Rusia, India, Indonesia, China y Sudáfrica, la cobertura y protección social (excluyendo educación) son muy limitadas. El gasto de México en programas sociales (como porcentaje de su PIB) es considerablemente menor al de Brasil o Rusia.

CRECE POBREZA EN MÉXICO, EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
Entre 2010 y 2012 aumentó la pobreza en el país, al pasar de 52.8 millones a 53.3 millones de personas. Además, 40.7 millones son vulnerables y podrían caer en pobreza, ya sea por tener ingresos bajos o por no tener acceso a la educación, salud, vivienda o seguridad social. En 2010, la población vulnerable fue de 38.8 millones de personas, 1.9 millones de personas menos que en 2012.

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